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Microbiologia y Parasitologia

DEFINICION DE MICROBIOLOGIA.

La Microbiología es el estudio de los organismos microscópicos, deriva de 3 palabras griegas: mikros (pequeño), bios (vida) y logos (ciencia) que conjuntamente significan el estudio de la vida microscópica.
Es la rama de la biología dedicada a estudiar los organismos que son sólo visibles a través del microscopio como los virus, procariontes y eucariontes simples. Son considerados microbios todos los seres vivos microscópicos, estos pueden estar constituidos por una sola célula (unicelulares), así como pequeños agregados celulares formados por células equivalentes (sin diferenciación celular); estos pueden ser eucariota (células con núcleo) tales como hongos y protistas, procariotas (células carentes de núcleo) como las bacterias o virus (aunque muchos no consideran los virus como seres vivos estrictamente hablando). Sin embargo la microbiología tradicional se ha ocupado especialmente de los microorganismos patógenos entre bacterias, virus y hongos, dejando a otros microorganismos en manos de la parasitología y otras categorías de la biología.
Aunque los conocimientos microbiológicos de que se dispone en la actualidad son muy amplios, todavía es mucho lo que queda por conocer y constantemente se efectúan nuevos descubrimientos en este campo. Tanto es así que, según las estimaciones más habituales, sólo un 1% de los microbios existentes en la biosfera han sido estudiados hasta el momento. Por lo tanto, a pesar de que han pasado más de 300 años desde el descubrimiento de los microorganismos, la ciencia de la microbiología se halla todavía en su infancia en comparación con otras disciplinas biológicas tales como la zoología, la botánica o incluso la entomología.
Al tratar la microbiología sobre todo los microorganismos patógenos para el hombre, se relaciona con categorías de la medicina como patología, inmunología y epidemiología.
La Microbiología se puede definir, sobre la base de su etimología, como la ciencia que trata de los seres vivos muy pequeños, concretamente de aquellos cuyo tamaño se encuentra por debajo del poder resolutivo del ojo humano. Esto hace que el objeto de esta disciplina venga determinado por la metodología apropiada para poner en evidencia, y poder estudiar, a los microorganismos. Precisamente, el origen tardío de la Microbiología con relación a otras ciencias biológicas, y el reconocimiento de las múltiples actividades desplegadas por los microorganismos, hay que atribuirlos a la carencia, durante mucho tiempo, de los instrumentos y técnicas pertinentes. Con la invención del microscopio en el siglo XVII comienza el lento despegue de una nueva rama del conocimiento, inexistente hasta entonces. Durante los siguientes 150 años su progreso se limitó casi a una mera descripción de tipos morfológicos microbianos, y a los primeros intentos taxonómicos, que buscaron su encuadramiento en el marco de los "sistemas naturales" de los Reinos Animal y Vegetal.
El asentamiento de la Microbiología como ciencia está estrechamente ligado a una serie de controversias seculares (con sus numerosas filtraciones de la filosofía e incluso de la religión de la época), que se prolongaron hasta finales del siglo XIX. La resolución de estas polémicas dependió del desarrollo de una serie de estrategias experimentales fiables (esterilización, cultivos puros, perfeccionamiento de las técnicas microscópicas, etc.), que a su vez dieron nacimiento a un cuerpo coherente de conocimientos que constituyó el núcleo aglutinador de la ciencia microbiológica. El reconocimiento del origen microbiano de las fermentaciones, el definitivo abandono de la idea de la generación espontánea, y el triunfo de la teoría germinal de la enfermedad, representan las conquistas definitivas que dan carta de naturaleza a la joven Microbiología en el cambio de siglo.
Tras la Edad de Oro de la Bacteriología, inaugurada por las grandes figuras de Pasteur y Koch, la Microbiología quedó durante cierto tiempo como una disciplina descriptiva y aplicada, estrechamente imbricada con la Medicina, y con un desarrollo paralelo al de la Química, que le aportaría varios avances metodológicos fundamentales. Sin embargo, una corriente, en principio minoritaria, dedicada a los estudios básicos centrados con ciertas bacterias del suelo poseedoras de capacidades metabólicas especiales, incluyendo el descubrimiento de las que afectan a la nutrición de las plantas, logró hacer ver la ubicuidad ecológica y la extrema diversidad fisiológica de los microorganismos. De esta forma, se establecía una cabeza de puente entre la Microbiología y otras ciencias biológicas, que llegó a su momento decisivo cuando se comprobó la unidad química de todo el mundo vivo, y se demostró, con material y técnicas microbiológicas que la molécula de la herencia era el ADN. Con ello se asiste a un íntimo y fértil intercambio entre la Microbiología, la Genética y la Bioquímica, que se plasma en el nacimiento de la Biología Molecular, base del espectacular auge de la Biología desde mediados de este siglo.
Por otro lado, el "programa" inicial de la Microbiología (búsqueda de agentes infectivos, desentrañamiento y aprovechamiento de los mecanismos de defensa del hospedador) condujeron a la creación de ciencias subsidiarias (Virología, Inmunología) que finalmente adquirieron su mayoría de edad y una acentuada autonomía.
Por último, la vertiente aplicada que estuvo en la base de la creación de la Microbiología, mantuvo su vigencia, enriquecida por continuos aportes de la investigación básica, y hoy muestra una impresionante "hoja de servicios" y una no menos prometedora perspectiva de expansión a múltiples campos de la actividad humana, desde el control de enfermedades infecciosas (higiene, vacunación, quimioterapia, antibioterapia) hasta el aprovechamiento económico racional de los múltiples procesos en los que se hallan implicados los microorganismos (biotecnologías).
Así pues, la sencilla definición con la que se abrió este apartado, escondía todo un cúmulo de contenidos y objetos de indagación, todos emanados de una peculiar manera de aproximarse a la porción de realidad que la Microbiología tiene encomendada. En las próximas páginas ampliaremos y concretaremos el concepto al que hemos hecho rápida referencia. Realizaremos un recorrido por su el desarrollo de la Microbiología a lo largo de su historia, que nos permitirá una visión concreta de algunos de sus característicos modos de abordar su objeto de estudio; finalmente, estaremos en disposición de definir este último, desglosado como objeto material y formal.


Historia
Aunque el término bacteria, derivado del griego βακτηριον ("bastoncillo"), no fue introducido hasta el año 1828 por Christian Gottfried Ehrenberg, ya en 1676 Antonie van Leeuwenhoek, considerado el padre de la Microbiología, usando un microscopio de una sola lente que él mismo había construido basado en el modelo creado por el erudito Robert Hooke en su libro "Micrographia", fue capaz de realizar la primera observación microbiológica registrada de "animáculos" como van Leeuwenhoek los llamó y dibujó entonces. La bacteriología (más tarde una subdisciplina de la microbiología) se considera fundada por el botánico Ferdinand Cohn (1828-1898]. Ferdinand Cohn fue también el primero en formular un esquema para la clasificación taxonómica de las bacterias.
Louis Pasteur (1822-1895) y Robert Koch (1843-1910) fueron contemporáneos de Cohn y son considerados como los fundadores de la microbiología médica. Quizá el mayor logro de Pasteur consistió en la refutación mediante cuidadosos experimentos de la por aquel entonces muy respetada teoría de la generación espontánea, lo cual permitió establecer firmemente a la microbiología dentro de las ciencias biológicas. Pasteur también diseñó métodos para la conservación de los alimentos (pasteurización) y vacunas contra varias enfermedades como el anthrax, el cólera aviar y la rabia. Robert Koch es especialmente conocido por su contribución a la teoría de los gérmenes de la enfermedad, donde, mediante la aplicación de los llamados postulados de Koch, logró demostrar que enfermedades específicas están causadas por microorganismos patogénicos específicos. Koch fue uno de los primeros científicos en concentrarse en la obtención de cultivos puros de bacterias, lo cual le permitió aislar y describir varias especies nuevas de bacterias, entre ellas Mycobacterium tuberculosis, el agente causal de la tuberculosis.
Mientras Louis Pasteur y Robert Koch son a menudo considerados los fundadores de la microbiología, su trabajo no reflejó fielmente la auténtica diversidad del mundo microbiano, dado su enfoque exclusivo en microorganismos de relevancia médica. Dicha diversidad no fue revelada hasta más tarde, con el trabajo de Martinus Beijerinck (1851-1931) y Sergei Winogradsky (1856-1953). Martinus Beijerinck hizo dos grandes contribuciones a la microbiología: el descubrimiento de los virus y el desarrollo de técnicas de cultivo microbiológico. Mientras que su trabajo con el virus del mosaico del tabaco estableció los principios básicos de la virología, fue su desarrollo de nuevos métodos de cultivo el que tuvo mayor impacto inmediato, pues permitió el cultivo de una gran variedad de microbios que hasta ese momento no habían podido ser aislados. Sergei Winogradsky fue el primero en desarrollar el concepto de quimiolitotrofía y de este modo revelar el papel esencial que los microorganismos juegan en los procesos geoquímicos. Fue el responsable del aislamiento y descripción por vez primera tanto de las bacterias nitrificantes como de las fijadoras de nitrógeno.







CONCEPTOS DE MICROBIOLOGIA.
MICROBIOLOGIA: Ciencia que se encarga del estudio de los microbios (Hongos, Bacterias y Virus).
MICROBIO O MICROORGANISMO: Son organismos muy pequeños, de tamaño microscópico, dotados de individualidad, con una organización biológica elemental. Pueden ser unicelulares multicelulares (los conformados por células indiferenciadas, que al asociarse no forman ej. pues cada una de ellas constituye un organismo completo, independiente y dotado de la capacidad de reproducción).
MICROBIOLOGIA CLÍNICA: Es una disciplina aplicada de la medicina que estudia los microorganismos capaces de provocar enfermedades en los seres vivos.
TEORIA MICROBIANA DE LAS INFECCIONES: la misma resulta de las semejanzas existentes entre los procesos fermentativos y las enfermedades infecciosas (por ej. Ambos se producen por causa de microorganismos)
POSTULADO DE KOCH: Por el se establecen las condiciones que debe reunir un microorganismo para ser considerado como agente causal de una determinada enfermedad infecciosa. Tales condiciones son:
1. Demostrar la presencia del microorganismo en todas las personas enfermas y su ausencia en las personas sanas.
2. Que el microorganismo pueda ser aislado en un cultivo sólido a partir de las lesiones producidas en el enfermo.
3. Que el microorganismo pueda reproducir la enfermedad, al ser inoculado en un animal de experimentación susceptible.
4. Que el microorganismo pueda ser aislado nuevamente a partir de las lesiones producidas en dicho animal.
5. Que el microorganismo induzca una respuesta inmune especifica en el huésped detectado por serología (por la aparición de anticuerpos específicos).
INOCULO: Es la Cantidad o Número de Gérmenes infectantes que son introducidos accidental o voluntariamente en los tejidos vivos o en medios de cultivos especiales.
PROFILAXIS: Conjunto de medidas, medios yo terapéutica que se emplean para preservar al individuo y/o la comunidad de determinada enfermedad.
CARACTERISTICAS DE LOS MICROORGANISMOS.
La principal característica que tienen en común todos los microorganismos es su tamaño diminuto. Como consecuencia de ello, los microorganismos poseen algunas ventajas:
• La disminución del tamaño supone un aumento de la relación superficie/volumen. Y, por ello, la superficie de contacto con el medio externo es mayor, lo que facilita un rápido intercambio de sustancias con el exterior.
• Las pequeñas dimensiones hacen que los compartimentos celulares estén muy próximos, por lo que las reacciones metabólicas son rápidas. Como consecuencia, los microorganismos consumen los nutrientes del medio con rapidez y originan muchos productos de desecho que son eliminados al exterior, alterando en poco tiempo el medio en el que viven.
• Se multiplican muy rápido.
• Pueden vivir en multitud de ambientes; algunos de ellos de los más inhóspitos en los que es capaz de crecer un ser vivo.
Características de cultivo: las sustancias nutritivas necesarias para el desarrollo y las condiciones físicas de un medio que lo favorezcan.
Características Morfológicas: el tamaño de las células, su forma de agrupación, diferenciación en tintura e identificación de estructuras.
Características Metabólicas: la manera por la cual los microorganismos llevan a cabo los procesos químicos biológicos.
Características de la composición bioquímica: la identificación de las principales características de los componentes químicos de la célula.
Característica de la composición antigénica: la detección de componentes celulares especiales (químicas) que dan prueba de similitud entre las especies.
Características genéticas: el análisis de la composición del ácido (DNA) así como la determinación de la reacción que ocurre entre material DNA a partir de diferentes microorganismos.
Tipos de microbiología
El campo de la microbiología puede ser dividido en varias subdisciplinas:
• Fisiología microbiana: estudio a nivel bioquímico del funcionamiento de las células microbianas. Incluye el estudio del crecimiento, el metabolismo y la estructura microbianos.
• Genética microbiana: estudio de la organización y regulación de los genes microbianos y como éstos afectan el funcionamiento de las células. Está muy relacionada con la biología molecular.
• Microbiología clínica: estudia la morfología de los microbios.
• Microbiología médica: estudio del papel de los microbios en las enfermedades humanas. Incluye el estudio de la patogénesis microbiana y la epidemiología y está relacionada con el estudio de la patología de la enfermedad y con la inmunología.
• Microbiología veterinaria: estudio del papel de los microbios en la medicina veterinaria.
• Microbiología ambiental: estudio de la función y diversidad de los microbios en sus entornos naturales. Incluye la ecología microbiana, la geomicrobiología, la diversidad microbiana y la biorremediación.
• Microbiología evolutiva: estudio de la evolución de los microbios. Incluye la sistemática y la taxonomía bacterianas.
• Microbiología industrial: estudia la explotación de los microbios para uso en procesos industriales. Ejemplos son la fermentación industrial y el tratamiento de aguas residuales. Muy cercana a la industria de la biotecnología.
• Aeromicrobiología: estudio de los microorganismos transportados por el aire.
• Microbiología de los alimentos: estudio de los microorganismos que estropean los alimentos.
• Microbiología Espacial: Estudio de los microorganismos presentes en el espacio extraterrestre, en las estaciones espaciales, en las naves espaciales.
Subdisciplinas y otras disciplinas relacionadas
• Bacteriología: Estudio de los procariontes (bacterias, arqueas).
• Virología: Estudio de los virus.
• Micología: Estudio de los hongos.
• Parasitología: Estudio de los parásitos, sobre todo de tipo animal o protozoario.
• Protistología: Estudio de los protistas.
• Micropaleontología: Estudio de los microfósiles.
• Palinología: Estudio del polen y las esporas.
• Ficología: También llamada Algología. Estudio de las algas y microalgas.
• Protozoología: Estudio de los protozoos.

CLASIFICACACION DE LOS MICROORGANIMOS.
PROCARIOTAS

Las bacterias son organismos con organización celular, es decir, al igual que el resto de seres vivos conocidos, su unidad vital funcional es la célula. El tipo de organización celular es la procariótica, caracterizada porque su material genético (normalmente un solo cromosoma circular de ADN de doble hebra).
El cual no está recluido en un recinto rodeado de membrana, sino inmerso en el citoplasma; este cromosoma se replica de modo amitótico y la división celular suele ser por fisión binaria; carecen de orgánulos rodeados de membrana tales como mitocondrias, cloroplastos, retículo endoplásmico, lisosomas, así como de undilipodios (cilios y flagelos de estructura fibrilar 9+2 y rodeados de membrana citoplásmica); sus ribosomas tienen un coeficiente de sedimentación de 70S; su citoplasma está envuelto por una membrana celular que sirve de barrera selectiva respecto del medio exterior, con funciones de transporte de nutrientes, producción de energía y de biosíntesis de ciertas moléculas. Con algunas excepciones (Mollicutes), la mayoría de las bacterias presentan, externamente a la membrana citoplásmica, una pared celular que, en el grupo de las eubacterias está basada en una macromolécula peculiar denominada peptidoglucano, mientras que en las arqueobacterias éste se ve sustituido por una variedad de tipos moleculares y estructurales exclusivos.
Los primeros intentos de clasificaciones bacterianas descansaban prácticamente solo sobre criterios morfológicos (siguiendo la costumbre de la Botánica). Más tarde, con la introducción de los cultivos puros y el establecimiento de razas-tipo, conservadas en colecciones de cultivo, se pudieron comparar diversas características de las cepas aisladas. Las clasificaciones se realizaban aplicando valoraciones intuitivas tras un análisis más o menos detallado de distintos rasgos fenotípicos, dando mayor o menor peso a algunos de estos para establecer jerarquías.
Este tipo de taxonomía "subjetiva" ha sido la imperante durante la mayor parte de este siglo. Una aproximación hacia criterios más "objetivos" fue posible a partir de los años 60, cuando el desarrollo de los ordenadores y de los métodos de análisis multivariante dieron nacimiento a la Taxonomía Numérica (o Taxometría), de base adansoniana. En este sistema se comparan distintos organismos respecto de gran número de rasgos fenotípicos, a cada uno de los cuales se le adjudica un peso valorativo semejante, y ha tenido éxito para definir grupos homogéneos ("clusters") de razas, asimilables a taxoespecies bacterianas. Igualmente permite evidenciar cierta estructura taxonómica y jerárquica (recurriendo a métodos como el análisis de "clusters"), que se puede traducir a dendrogramas que expresen relaciones fenéticas.
Sin embargo, se ve limitado para establecer criterios válidos en categorías taxonómicas superiores, y presenta el inconveniente de que con él es difícil deducir relaciones filogenéticas.
En suma, si bien hay que reconocer la utilidad práctica de los métodos taxonómicos basados en rasgos fenotípicos, hay que admitir su poco valor para dar una visión de las relaciones naturales de parentesco entre los taxones, así como la inestabilidad de la Sistemática a la que da origen.
Las polémicas sobre la necesidad o no de una clasificación filogenética no es exclusiva de la Microbiología (en Botánica, bien entrado el siglo XX, aún se discutían las tentativas de definir las especies como unidades naturales reales y la pertinencia de establecer parentescos filogenéticos), pero la carencia, durante mucho tiempo, de una base firme para asentar ese tipo de clasificación, hizo que se abandonaran tales pretensiones filogenéticas en los esquemas taxonómicos, quedando estos como guías para la identificación de nuevos aislados.
Los intentos de estudiar relaciones filogenéticas entre los organismos se basan en la existencia de elementos de referencia sobre los que dilucidar dichas relaciones. Estos elementos se pueden agrupar en dos clases: las moléculas semantoforéticas y las moléculas sintácticas. Las primeras son moléculas (ADN, ARN, proteínas) cuyas secuencias primarias representan una copia de la información genética, y su análisis comparativo posibilita establecer relaciones con significado filogenético; las segundas son sustratos o productos de las funciones ejercidas por las primeras, y se plasman en las propiedades fenotípicas que han servido de base a la taxonomía clásica. Como cada grupo se ha estudiado en función de propiedades sintácticas peculiares, la comparación a efectos filogenéticos con otros grupos definidos por otras propiedades sintácticas diferentes imposibilitó, en última instancia, una clasificación que revelara las relaciones evolutivas, siendo difícil evaluar la antigüedad de los grupos definidos por rasgos arbitrarios de los que se desconoce la importancia filogenética.
Por otro lado, existía la creencia de que las bacterias, con sus ciclos vitales cortos, evolucionaban de modo tan rápido que sería imposible trazar su linaje genealógico. Sin embargo, a pesar de la rápida reproducción clonal y de la transferencia horizontal de información genética, la evolución estabilizadora permite fijar conjuntos de genes coadaptados que dan una base firme al concepto de especie bacteriana, y a su relativa estabilidad.
Ya Orla-Jensen, en 1909, había intentado una clasificación filogenética, y en 1936 Kluyver y van Niel proponen otro esquema "natural" basado en criterios bioquímicos; pero ambas clasificaciones eran muy especulativas, y por supuesto basadas en los fenotipos, aunque al menos tuvieron el mérito de proporcionar un entramado conceptual sobre el que poder pensar más en serio. Al igual que en Zoología y Botánica sistemáticas (y quizá en mayor medidad que éstas), la taxonomía bacteriana se ha beneficiado de los resultados de la investigación general, básica, de modo que diversos conocimientos y metodologías de biología fundamental se han convertido en valiosos auxiliares de la investigación taxonómica, incorporándose a esta disciplina especial.
Concretamente, desde inicio de los años 60 se vienen desarrollando una serie de enfoques y técnicas que parecen abrir, por fin, perspectivas serias de elaborar una clasificación natural de las bacterias. La base común de estos planteamientos es analizar moléculas semantoforéticas, esencialmente rasgos del genotipo.
En 1974 la 80 edición del Bergey's incluía muchos porcentajes de G+C, aunque su valor de referencia filogenética es bastante limitado. La auténtica revolución comenzó con la cuantificación de homologías entre genomios de distintos microorganismos, mediante experimentos de hibridación entre ácidos nucleicos (heterodúplex ADN-ADN y ADN-ARN), que señalaban la necesidad de introducir correcciones a la taxonomía clásica. Se estableció, por ejemplo, que Salmonella consta de una sola especie; que las especies de Pseudomonas fitopatógenos no deberían clasificarse basándose en la planta parasitada; que Escherichia parece prácticamente homólogo con Shigella, etc.
Este tipo de conclusiones preocuparon a algunos, que temieran la llegada de una clasificación poco práctica; de hecho razones de esta clase, junto con la muy asentada rutina de identificación, especialmente en clínica, hacen que la introducción de las nuevas propuestas se realice con cierta moderación.
De todas formas, con pocas excepciones, es posible encontrar rasgos fenotípicos que se correlacionen bien con cada grupo de homología detectado por técnicas moleculares, de modo que aquellos puedan usarse en la identificación de nuevos aislados de forma rápida, cómoda y fiable.
Las técnicas de hibridación entre ADN y ARN ribosómico, los catálogos de oligonucleótidos generados tras tratamiento del ARNr 16S con ribonucleasa T1, y más recientemente, la secuenciación total de dichos ARNr, permiten medir distancias filogenéticas mayores. Así, por ejemplo, el monumental y temprano estudio de Norberto Palleroni sobre Pseudomonas (1973) manifestó la existencia de cinco grupos distintos, que más tarde (1983) De Vos y De Ley demostraron que guardan menos relación entre sí que con otros géneros de bacterias Gram negativas, confirmando el carácter de "cajón de sastre" que se había creado bajo aquella denominación genérica. Algo parecido le ocurre a Clostridium (uno de los más ricos en especies), que consiste en no menos de cuatro grupos merecedores de rango de géneros distintos.
Sobrepasando las implicaciones sobre adscripción a géneros, los resultados más excitantes y provocadores para la taxonomía bacteriana de estas técnicas, se iniciaron en 1977, cuando el grupo de Woese, Fox y Stackebrandt comienza a aplicar de forma amplia el sistema de la comparación de los catálogos oligonucleotícos (y más tarde, la secuenciación) del ARNr 16S de muy distintas especies, y cuya consecuencia más trascendental ha sido la propuesta de una clasificación filogenética bacteriana (Woese, 1987).
Este planteamiento descansa sobre los siguientes supuestos (bien asentados sobre la genética molecular): para cualquier rasgo fenotípico existen numerosos genotipos equivalentes; esto significa que la mayoría de los cambios que se fijan en el genotipo son selectivamente neutros, lo que les confiere un carácter cronométrico. Este tipo de variabilidad genética -sin cambios apreciables de fenotipo- no está sometida a presión selectiva darwiniana (del ambiente externo), por lo que los cambios mutacionales detectables a nivel de secuencia primaria se comportan como cronómetros moleculares que se pueden emplear para medir relaciones evolutivas y tiempos relativos de divergencia entre linajes distintos, pudiendo inferirse de ellos ciertas características mínimas del antepasado común. Los primeros cronómetros empleados fueron secuencias de proteínas, por ejemplo el citocromo c; sin embargo, es difícil encontrar una proteína distribuida universalmente en los grandes grupos de seres vivos (en el ejemplo citado, el citocromo c está representado de modo general en eucariotas, pero sólo está presente en algunos procariotas), y además su función no suele ser siempre constante, de modo que en el transcurso evolutivo se pueden introducir mutaciones selectivas que empobrecen sus cualidades de cronómetro. Por consiguiente, un buen cronómetro molecular con amplio significado evolutivo ha de cumplir los siguientes requisitos:
• Ser de distribución universal.
• Cambiar con suficiente lentitud como para permitir detectar relaciones muy antiguas.
• Poseer una función constante.
• Ser de fácil aislamiento y purificación.
Los ARN ribosómicos, especialmente los 16S bacterianos (y sus equivalentes 18S eucarióticos), cumplen con bastante adecuación estos puntos. Además, estudios comparativos de control usando otras "sondas evolutivas" (p. ej., reasociación entre ADNs) han dado resultados concordantes.
Ahora bien, está claro igualmente que no tiene sentido aplicar de modo inflexible los parámetros filogenéticos como único criterio válido para circunscribir unidades taxonómicas, debido principalmente a que distintos grupos y géneros definidos fenotípicamente pueden tener distintas edades genealógicas (Stackebrandt, 1988; a este punto se hace referencia más adelante).
Los principales resultados de este acercamiento a una clasificación filogenética de las bacterias se pueden resumir en los siguientes puntos:
Las Arqueobacterias (término acuñado por Woese y Fox en 1977) representan una línea evolutiva de organización celular ciertamente procariótica, pero que parecen no estar más relacionadas con el resto de las bacterias de lo que lo están con el núcleo de los eucariotas. Muestran diferencias moleculares, de organización y expresión genética, fisiológicas y ecológicas suficientemente importantes respecto del resto de las bacterias como para justificar la creación de dos Reinos procarióticos perfectamente diferenciados: Archaeobacteria y Eubacteria, que junto a los Eucariotas, constituirían los tres grandes Reinos primarios del mundo vivo.
Las Eubacterias parecen agruparse en 10 phyla o linajes naturales. En unos pocos casos, estos phyla, definidos según su secuencia de ARNr, coinciden con taxones identificados por criterios fenotípicos (tal es el caso del grupo de las bacterias con morfología y estructura espiroquetal); en otros casos el phylum coincide con bastante aproximación con una agrupación de bacterias que presentan un rasgo clásico en común (por ejemplo, el phylum de eubacterias Gram-positivas que, con pocas excepciones, engloba a todas los procariotas con pared celular típica Gram-positiva); sin embargo, la mayoría de los phyla de Woese carecen de una característica fenotípica clara en común (así ocurre, por ejemplo el grupo de Bacteroides, Flavobacterium y relacionados), y suponen un desafío a la Microbiología para encontrar las "marcas" unificadoras subyacentes.
Por otro lado, de estos estudios surge por primera vez un esbozo de árbol filogenético universal, desprovisto de raíz , en el que se plantea la fascinante cuestión de cómo se relacionan evolutivamente los tres reinos primarios. Woese propone una entidad hipotética, antecesor universal (progenote), que pudo existir en tiempos remotos, y que quizá pudo dar lugar a las tres grandes líneas, cada una con un conjunto de soluciones a los problemas de transferencia de las instrucciones genéticas no resueltos por el progenote.
Recientemente (1990) Woese ha recogido la evidencia actual sobre estas tres grandes líneas evolutivas del mundo vivo, y ha propuesto que sean admitidas con la categoría de dominios (=reinos primarios), con las siguientes denominaciones: los dos dominios con organización celular procariótica se rebautizan como Bacteria (equivalente a Eubacteria) y Archaea (sinónimo de Archaebacteria), y el dominio eucariótico pasa a denominarse Eukarya.
A pesar de (o incluso, debido a) las grandes implicaciones de estos estudios, la mayor parte de sus conclusiones no han encontrado su traducción "oficial" en la reciente edición del Bergey's (convertido ya en Manual of Systematic Bacteriology), si bien en ésta se reconoce el valor de las nuevas propuestas y se introducen algunas novedades al respecto. En el Manual, Murray (1984) señala las dificultades de índole práctica que desaconsejaban en el momento de su redacción la inclusión de las derivaciones de todos los estudios moleculares, aparte de la necesidad de acumulación de más datos sobre una amplia variedad de grupos, de los que se carecía de suficiente información.
La clasificación a niveles jerárquicos superiores propuesta por Gibbons y Murray en 1978 e incorporada a esta novena edición del Bergey's (1984) es la siguiente: se reconoce un solo reino bacteriano, el Procaryotae, en el que se distinguen cuatro divisiones, según la presencia y composición de la pared celular:
División I. Gracilicutes, caracterizados por su pared de tipo Gram-negativo. Dentro de ella se incluyen tres clases: Scotobacteria, bacterias Gram-negativas indiferentes a la luz (no fotosintéticas), Anoxyphotobacteria, bacterias fototrofas con fotosíntesis anoxigénica, y Oxyphotobacteria, con fotosíntesis oxigénica.
División II. Firmicutes, bacterias con una estructura de pared celular típicamente Gram-positiva, con peptidoglucano en varias capas. Se consideran dos clases: Firmibacteria, y Thallobacteria (estas últimas, bacterias con tendencia a formar hifas ramificadas, y las relacionadas con ellas).
División III. Tenericutes, con la clase única de los Mollicutes; se trata de procariotas pleomórficos y flexibles, carentes de pared celular (micoplasmas)
División IV. Mendosicutes, con una sola clase, Archaebacteria, caracterizados por sus paredes celulares (cuando existen) carentes de peptidoglucano.
Actualmente estamos asistiendo a una intensa reevaluación de la Sistemática Bacteriana bajo los nuevos planteamientos. Parece que se consolida la Taxonomía Filogenética, y hay numerosas propuestas de modificar definiciones anteriores y la nomenclatura de géneros y especies, creándose combinaciones nuevas y descripciones "corregidas" de taxones clásicos. Un repaso a los últimos ejemplares del International Journal of Systematic Bacteriology, la publicación oficial del Comité Internacional de Bacteriología Sistemática, basta para tomar consciencia de las recientes tendencias.
Tambien existen otros rasgos distintivos (no universales) de la procariota, en los que podemos encontrar:
No existen esteroles en las membranas, aunque muchas bacterias poseen un tipo de politerpenoides llamados hopanoides. Los únicos procariotas con esteroles son algunas especies de cianobacterias y de bacterias metilotrofas. Los micoplasmas (Mollicutes) presentan esteroles, pero los obtienen a partir de sus hospedadores eucarióticos.
No existen cilios ni flagelos eucarióticos (tipo 9+2 fibrillas). Pero muchos procariotas se mueven por un tipo de flagelos totalmente distinto, constituidos por subunidades de una proteína, arrolladas helicoidalmente.
Pared celular a base de una molécula exclusiva de procariotas: la mureína (=mucopéptido o peptidoglucano), excepto los Mollicutes (micoplasmas), que carecen de pared celular, y las Arqueobacterias, cuya pared celular no se basa en peptidoglucano.
EUCARIÓTICOS


Los microorganismos eucarióticos son seres vivos unicelulares o pluricelulares, pero nunca con diferenciación en tejidos, pudiendo ser coloniales, cenocíticos o miceliares, y cuyo pequeño tamaño obliga a emplear el microscopio para observarlos y analizar su estructura.
Su organización celular eucariótica se caracteriza por su compartimentalización estructural y funcional: el material genético (ADN de doble hebra), repartido en varios cromosomas, y normalmente unido a proteínas básicas especiales, se alberga en un núcleo rodeado de membrana; pueden existir diversos orgánulos limitados por membrana: retículo endoplásmico, aparato de Golgi, lisosomas, mitocondrias, etc; las células pueden disponer de uno o más orgánulos de locomoción (cilios y flagelos, denominados genéricamente como undilipodios), con una estructura de 9+2 fibrillas internas, envueltas por prolongaciones de la membrana citoplásmica. Sus ribosomas, más grandes y complejos que los de procariotas, poseen un coeficiente de sedimentación de 80S, y el citoplasma contiene ciertos tipos de elementos citoesqueléticos (microtúbulos, microfilamentos y filamentos intermedios).
Tradicionalmente se han venido considerando tres grupos dentro de los microorganismos eucarióticos: algas, protozoos y hongos, pero cada una de estas denominaciones no designa categorías filogenéticamente coherentes.
Las Algas son eucariotas macro o microscópicos, normalmente aerobios y capaces de realizar fotosíntesis oxigénica por medio de cloroplastos (aunque algunos grupos presentan formas leucofíticas heterotrofas). Pueden ser unicelulares, cenocíticas, o pluricelulares (filamentosas, coloniales, etc.), pero nunca con diferenciación en tejidos, aunque muchas algas macroscópicas exhiben llamativas diferenciaciones morfológicas.
Las algas microscópicas requieren el empleo de técnicas plenamente microbiológicas para su estudio. Actualmente se consideran varios grupos cuyas relaciones filogenéticas no están aclaradas: Chlorophyta (algas verdes), Gamophyta (algas conjugadas, que algunos incluyen en el phylum anterior), Euglenophyta (algas flageladas), Chrysophyta (algas doradas), Xantophyta, Bacillariophyta (diatomeas), Haptophyta (cocolitoforales), Cryptophyta, Phaeophyta (algas pardas) y Rhodophyta (algas rojas). Ejemplos de grupos disputados durante mucho tiempo por zoólogos y botánicos son los Euglenófitos y los Criptófitos.
Los Protozoos constituyen un grupo heterogéneo de microorganismos eucarióticos unicelulares no fotosintéticos (exceptuando la clase Phytomastigophorea, dentro del subphulum Mastigophora), muchos con capacidad de movimiento en medios acuosos por medio de pseudópodos o de undilipodios, y con numerosos representantes con formas de vida parasitaria. Sus relaciones filogenéticas no están claras, si bien del estudio de los Dinoflagelados se deduce que al menos algunos grupos pudieron derivar de phyla de algas. La actual clasificación (Levine et al., 1980) distingue siete grandes phyla, que reseñamos brevemente a continuación.
El phylum Sarcomastigophora se caracteriza por poseer un único núcleo (excepto en los foraminíferos heterocarióticos); cuando existe sexualidad, ésta es por singamia; la movilidad es por flagelos, pseudópodos, o por ambos. Dentro de este grupo, el subphylum de los Mastigophora (caracterizado por trofozoitos con uno o más flagelos) incluye los fotosintéticos Fitomastigóforos estudiados igualmente por los ficólogos, y los Zoomastigóforos, un grupo polifilético con numerosos órdenes de interés parasitológico, como los Kinetoplastida -Trypanosoma, Leishmania, etc.-, los Diplomonadida -por ejemplo, Giardia-, los Trichomonadida, etc.
El subphylum Opalinata, consta de protozos que presentan numerosos cilios cubriendo toda su superficie en filas oblicuas. El subphulum Sarcodina se distingue por la posesión de pseudópodos o de flujo protoplasmático sin pseudópodos auténticos; de existir flagelos, quedan restringidos a las fases de desarrollo. La mayor parte son de vida libre. En la superclase de los Rizópodos, existen dos órdenes con relevantes representantes parasitos, el Amoebida (con Entamoeba, Acanthamoeba, Iodamoeba, etc.) y el Schizopyrenida (con Naegleria); muy interesante es el orden Pelobiontida, cuyas especies (por ej., Pelomyxa), carecen de mitocondrias, pero presentan bacterias endosimbióticas. La otra superclase, la de los planctónicos Actinópodos, consta de los clásicos radiolarios (ahora escindidos en dos nuevas clases) y de los Heliozoos.
El phylum de los Labyrinthomorpha es considerado por algunos como un representante de "hongos inferiores" (véase más adelante, bajo la denominación de Labyrinthulomycetes).
El phylum Apicomplexa se caracteriza por el llamado complejo apical, un conjunto de anillos polares, roptrias, micronemas, microtúbulos, etc., distinguibles a microscopio electrónico. Carecen de cilios, su sexualidad es por singamia, y todos son parasitos.
Dentro de la subclase Coccidia, de la clase Sporozoea, encontramos géneros de interés clínico, como Eimeria, Isospora, Cryptosporidium, Toxoplasma, Plasmodium, etc. La subclase Piroplasmia incluye al género Babesia.
El phylum Microspora es muy interesante por su gran antigüedad filogenética, probablemente anterior a la "radiación eucariótica" que se produjo con el establecimiento de las condiciones oxidantes en la atmósfera. Posee esporas unicelulares con pared imperforada y carece de mitocondrias. Son parasitos obligados de muchos grupos de animales. Un representante con interés "histórico" es el género Nosema.
El phylum Ascetospora presenta esporas multicelulares con uno o más esporoplasmas; igualmente son de vida obligadamente parasitaria.
El phylum Myxozoa se define por sus esporas de origen multicelular, con una o más cápsulas polares y esporoplasmas.
Finalmente, en el phylum Ciliophora se engloban los protozoos con cilios, ya sea simples, ya sea formando orgánulos ciliares compuestos, al menos en alguna fase de sus ciclos de vida. Presentan dos tipos de núcleos. Su fisión binaria es transversal, pero se encuentran también fisión múltiple y gemación. La reproducción sexual puede ser por conjugación, por autogamia o por citogamia. Poseen vacuolas contráctiles. La mayoría son de vida libre, pero existen representantes parasitos (por ejemplo, Balantidium).
La denominación de Hongos es igualmente muy ambigua, ya que define genéricamente a seres heterotróficos cuya estructura vegetativa suele ser multinucleada y cenocítica, en muchos casos de crecimiento miceliar. La historia filogenética de los hongos no se conoce bien; aparentemente, el modo de vida de estilo fúngico ha surgido en repetidas ocasiones durante la evolución.
Los denominados a veces como "hongos inferiores" consisten en varios grupos distintos cuya única característica en común reside en la posesión de formas móviles en al menos alguna fase de su ciclo de vida. Los principales taxones son los siguientes:
Los Labyrinthulomycetes: forman colonias de células vegetativas fusiformes que se mueven aparentemente por deslizamiento sobre pistas mucilaginosas en retículo, formadas por ellos mismos. Se han descrito isogametos undilipodiados en algunas especies.
Los Acrasiomycetes (mixomicetes celulares, que los zoólogos estudiaban con el nombre de Micetozoos) presentan un ciclo vital asexual con varias fases, todas ellas haploides:
Una fase de amebas solitarias fagotróficas, que en condiciones de carencia de nutrientes se agregan hacia unos centros de aglomeración, originando un pseudoplasmodio celular migrador provisto de vaina, y que más tarde entra en fructificación, generando un cuerpo fructífero pedunculado en cuyo ápice las amebas se diferencian a esporas, que al germinar, cierran el ciclo.
Los Myxomycetes (mixomicetes plasmodiales), al igual que los anteriores, presentan una fase de células ameboides (mixamebas) que pueden interconvertirse en células flageladas (y viceversa). Cada uno de estos tipos morfológicos puede diferenciarse en dos sexos opuestos, que tras su fusión producen un zigoto que, por sucesivas divisiones nucleares origina un plasmodio multinucleado osmotrófico e inmóvil. En condiciones adversas el plasmodio se diferencia en varias zonas en esporangios pedunculados, en cuyos ápices los núcleos sufren meiosis (frecuentemente degenerativa), produciéndose esporas haploides, cada una de las cuales genera una mixameba.
Los Quitridiomycetes (ficomicetes acuáticos) poseen talo vegetativo a base de hifas ramificadas no septadas que se introducen en el sustrato (rizoides) y que se encuentra separado por un tabique transversal respecto de un esporangio multinucleado, con forma de saco. Éste puede ser un mitosporangio o un meiosporangio, liberando en ambos casos esporas undilipodiadas uninucleadas.
Los Hyphoquitridiomycetes son microorganismos holocárpicos o eucárpicos con hifas, septadas o no, de los que se desconocen fases sexuales, siendo su órgano reproductivo un zoosporangio que produce esporas flageladas.
Los Oomycetes son microoganismos filamentosos cenocíticos, cuyas formas vegetativas carecen de septos, siquiera parciales, estando separadas por un tabique de estructuras reproductoras masculinas (anteridios) y femeninas (oogonios); al ponerse en contacto ambos, el anteridio emite un tubo de fertilización por donde migran los núcleos masculinos al encuentro de los femeninos (oosferas). La reproducción asexual es por zoosporas flageladas.
Los "hongos superiores" (algunas veces denominados Eumycetes) presentan en común las propiedades de producir esporas y carecer de undilipodios en todas las fase de sus ciclos vitales. Exceptuando los "Hongos Imperfectos", todos poseen reproducción sexual, que es por conjugación de hifas de signos opuestos. Exponemos a continuación una breve descripción de los grupos.
Los Zygomycetes (ficomicetes terrestres) tienen un micelio no tabicado, a excepción de la separación entre la porción vegetativa y la reproductiva. Las esporas haploides (conidiosporas) se forman en un esporangio sostenido por un esporangióforo pedunculado. La reproducción sexual se produce por hifas especializadas (gametangios) de signos opuestos, que al fusionarse por sus ápices dan lugar a una estructura engrosada donde se produce la cariogamia, seguida de meiosis.
En los Ascomycetes la fusión de las hifas sexuales de signo opuesto da origen a un saco o asca, donde se produce la meiosis (muchas veces seguida de una o dos mitosis), con formación de ascosporas haploides. La reproducción asexual se produce por fragmentación del extremos de ciertas hifas, originando conidiosporas.
Los Basidiomycetes se caracterizan por un micelio primario joven a base de hifas monocarióticas, multinucleadas y aseptadas, que más tarde desarrollan septos transversales incompletos que delimitan porciones uninucleadas; dos segmentos de hifas de signo opuesto se conjugan, sin fusión de núcleos, dando una hifa dicariótica (que puede ser homocariótica o heterocariótica, dependiendo del homotalismo o heterotalismo de la especie); estos micelios dicarióticos desarrollan unas estructuras especiales, denominadas basidios, con forma de maza, en cuya superficie se forman las basidiosporas haploides por migración, a los esterigmas correspondientes, de los núcleos producidos tras la cariogamia y la subsiguiente meiosis.
Los Deuteromycetes o Fungi Imperfecti constituyen una clase-forma, o sea, no suponen un grupo natural; abarcan todos los géneros de eumicetos de los que no se ha podido demostrar fase sexual, aunque algunos exhiben fenómenos de para sexualidad. Es posible que muchas especies carezcan en realidad de procesos sexuales, representando formas de Ascomicetos y Basidiomicetos que perdieron la capacidad de producir ascas y basidios.
Aunque, como se ha indicado más arriba, la filogenia de los hongos no se conoce bien, se ha propuesto que los Ascomicetos y Basidiomicetos pueden provenir de algún antepasado de tipo zigomiceto, que a su vez puede mantener alguna relación evolutiva con otros organismos eucarióticos que se reproducen por conjugación (algas gamofitas o rodofitas).
Diferencias entre procariotas y eucariotas
Datos relativos a: Procariotas Eucariotas
Genóforo o nucleoplasma Un solo cromosoma circular cerrado covalentemente Varios cromosomas lineares terminados en telómeros
No existe membrana nuclear (no hay núcleo) Existe membrana nuclear (núcleo auténtico)
No hay histonas asociadas al ADN Histonas asociadas al ADN
División del material genético No mitosis Mitosis
Organización del citoplasma No orgánulos eucarióticos Orgánulos (mitocondrias, cloroplastos, RE, Golgi, centriolos, etc)
No citosqueleto (no corrientes citoplásmicas, ni mov. ameboide) Citosqueleto (corrientes citoplásmicas)
Ribosomas tipo 70S Ribosomas tipo 80S


NOMBRES SEGÚN SU AGRUPACION.
Los virus, viroides y priones aunque no son verdaderos seres vivos, sino entidades no celulares, se consideran también objeto de estudio de la microbiología.
El resto de microorganismos se clasifican en tres de los cinco reinos existentes. Las bacterias y cianobacterias pertenecen al reino Móneras. Son organismos con células procariotas y presentan una gran variedad de formas de vida. Hay bacterias fotosintéticas, quimiosintéticas y heterótrofas. Estas pueden ser saprofitas, descomponedoras o patógenas, como las que producen la tuberculosis o la sífilis.
El resto de los microorganismos son eucariotas. Los protozoos unicelulares y las algas unicelulares se incluyen en el reino Protoctistas. Ciertos hongos como las levaduras, son microorganismos que pertenecen al reino Hongos. Muchos de estos seres vivos tienen una gran importancia económica por su uso industrial en la fabricación de antibióticos y productos alimenticios como el pan o el vino, o por las pérdidas que producen al descomponer alimentos.
Virus.
Los virus son formas acelulares microscópicas, compuestas solamente de material genético rodeado por una envoltura protectora. La existencia de estos microorganismos se estableció en 1892, cuando el científico ruso Dmitri I. Ivanovsky descubrió unas partículas microscópicas, conocidas más tarde como el virus del mosaico del tabaco.
Los virus carecen de vida independiente y son parásitos intracelulares obligados. Sin embargo, se pueden replicar en el interior de las células vivas, perjudicando en muchos casos a su huésped en este proceso. Los cientos de virus conocidos son causa de muchas enfermedades distintas en los seres humanos, animales, bacterias y plantas.
Cuando el virus se encuentra fuera de la célula hospedadora recibe el nombre de virión o partícula viral y está formado por todos sus componentes. Fuera de la célula, los virus son estructuras inertes ya que carecen de enzimas para desarrollar su propio metabolismo.
El material genético del virus puede ser ácido ribonucleico (ARN) o ácido desoxirribonucleico (ADN) —nunca ambos—, y puede estar formando por una (monocatenario) o por dos cadenas (bicatenario). Además, las moléculas de ácido nucleico pueden ser lineales o circulares.
La cápsida es la capa protectora proteica que rodea el ácido nucleico. Las subunidades que componen la cápsida reciben el nombre de capsómeros. El conjunto del ácido nucleico y la cápsida se denomina nucleocápsida. En algunos virus la nucleocápsida está rodeada por una envoltura membranosa que pertenece a la célula que ha infectado.
El único objetivo de un virus es la producción de nuevos virus. La replicación viral es un proceso que incluye varias síntesis separadas y el ensamblaje posterior de todos los componentes para dar origen a nuevas partículas infecciosas.
Al igual que los virus, los viroides y los priones también son formas acelulares (no tienen organización celular) microscópicas. Los viroides son secuencias de ARN circular que interfieren en la regulación de los genes de la célula hospedadora y que causan enfermedades en plantas.
Los priones son otros agentes infecciosos formados simplemente por proteínas, concretamente glucoproteínas. La proteína infecciosa o prión, identificada con las siglas PrPSC es una forma anormal, con una configuración distinta, de la proteína priónica celular (PrPC). La proteína patógena entra en contacto con la proteína celular provocando en ella un cambio conformacional y transformándola en una proteína alterada que, a su vez, puede inducir el cambio en otras proteínas normales. Esto puede generar graves alteraciones en la célula.
De estructura más elemental que los virus, los priones causan enfermedades en los seres humanos y en los animales. Entre las enfermedades originadas por priones se encuentran la encefalopatía espongiforme bovina, conocida también como enfermedad de las vacas locas, el scrapie de las ovejas, y el kuru y la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob en humanos.
Bacterias.

Las bacterias son organismos unicelulares visibles solo a través del microscopio, que poseen una organización procariota (carecen de núcleo diferenciado) y se reproducen por división celular sencilla. Son muy variables en cuanto al modo de obtener la energía y el alimento, y viven en casi todos los ambientes, terrestres y acuáticos, incluido el interior de los seres humanos.
Las bacterias poblaron la Tierra mucho antes que ningún otro grupo de seres vivos; se han encontrado restos fósiles de bacterias en rocas de hace 3.800 millones de años.
En la clasificación en tres dominios establecida por Carl Woese, los organismos procariotas se engloban en dos dominios: el dominio Archaea, que engloba a las arquebacterias, los organismos más antiguos del planeta; y el dominio Bacteria, en el que se incluyen las eubacterias o bacterias verdaderas.
Las bacterias presentan diversas formas y pueden también agruparse formando colonias. La célula bacteriana presenta los siguientes componentes:
• Una envoltura, denominada pared bacteriana, que es responsable de la forma y rigidez de la célula. Además, protege a la bacteria de la deshidratación y de los cambios de presión osmótica. Está compuesta por peptidoglucanos o mureínas y según la composición de la pared se pueden distinguir entre bacterias Gram positivas o Gram negativas. Algunas bacterias poseen, rodeando a la pared celular, una capa denominada vaina o cápsula bacteriana, formada por sustancias glucídicas, que protege a la bacteria de la desecación y del ataque de los leucocitos del hospedador.
• La membrana plasmática es una envoltura fina que separa la célula del medio ambiente que la rodea y regula el paso de materiales. Está formada por una bicapa de fosfolípidos atravesada por proteínas. Carece de colesterol. En la membrana aparecen grandes repliegues, denominados mesosomas, que pueden intervenir en la división celular o en diversas reacciones químicas que liberan energía.
• El citoplasma englobado por la membrana plasmática. Contiene fundamentalmente agua, sustancias de reserva, inclusiones cristalinas, proteínas y ribosomas. Sin embargo, las bacterias carecen de los orgánulos citoplasmáticos rodeados de membrana propios de los eucariotas, como mitocondrias, cloroplastos, aparato de Golgi, etc. En el citoplasma hay una zona, denominada nucleoide o región nuclear que contiene el material genético, formado por una molécula circular de ADN de doble cadena. Muchas bacterias poseen también pequeñas moléculas de ADN circulares llamadas plásmidos, que llevan información genética, pero, la mayoría de las veces, no resultan esenciales en la reproducción.
Algunas bacterias poseen prolongaciones en la superficie que pueden ser flagelos, apéndices largos y finos, o fimbrias o pelos (pili), filamentos huecos más finos que los flagelos.
Las bacterias han desarrollado distintas formas de nutrición: hay bacterias autótrofas (utilizan compuestos inorgánicos como fuente de carbono) y heterótrofas (que utilizan compuestos orgánicos como fuente de carbono). Las primeras pueden ser fotosintéticas (realizan la fotosíntesis y utilizan la luz solar como fuente de energía), o quimiosintéticas (obtienen la energía de la oxidación de sustancias inorgánicas). Las bacterias heterótrofas pueden ser fotoheterótrofas (obtienen la energía de la luz solar) o quimioheterótrofas (utilizan la energía liberada en reacciones químicas).

Cianobacterias.
Las cianobacterias son organismos unicelulares procariotas fotosintéticos que carecen de núcleo definido u otras estructuras celulares especializadas. Poseen una pared, compuesta por peptidoglucanos, que rodea la membrana. En muchas especies la pared está rodeada por una vaina exterior.
Internamente poseen membranas fotosintéticas que contienen los pigmentos y enzimas necesarios para realizar la fotosíntesis. Como las plantas, las cianobacterias contienen clorofila, y también otros pigmentos como las ficobilinas.
Ciertas especies tienen vida independiente, pero la mayoría se agrega en colonias o formando filamentos. Su reproducción es por división celular simple o por fragmentación de los filamentos.
Las cianobacterias se encuentran en hábitats diversos de todo el mundo: en los suelos, rocas, lagos y arroyos u océanos. Algunas viven en simbiosis con las plantas.
Arquebacterias.
Las arquebacterias o arquibacterias constituyen los microorganismos unicelulares procariotas más primitivos. Las arquebacterias fueron inicialmente agrupadas con las bacterias ya que, al igual que ellas, carecen de núcleo definido.
Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que las arquebacterias tienen algunos genes similares a los de las bacterias pero también poseen otros similares a los eucariotas y algunos exclusivos.
Por otro lado, los lípidos de las membranas de las arquebacterias difieren de los que poseen las células eucariotas y las eubacterias. La composición de sus paredes celulares es distinta también a la de las bacterias, porque carecen de peptidoglucano. Por esa razón, los científicos han propuesto la clasificación de estos microorganismos en un grupo o dominio de seres vivos llamado Archaea.
Las arquebacterias viven a menudo en ambientes extremos, inhóspitos para cualquier otro ser vivo, como lugares con temperaturas muy altas (termófilos), salinidad extrema (halófilos), pH bajo (acidófilos) o con baja concentración de oxígeno.


Protozoos.
Los protozoos son microorganismos eucariotas unicelulares, algunos de los cuales pueden formar colonias. Están incluidos en el reino Protoctistas.
Los protozoos son organismos heterótrofos que se alimentan de materia orgánica; pueden ingerir bacterias, productos de desecho de otros organismos, algas y otros protozoos. Algunos son parásitos de especies animales, incluido el ser humano, y pueden originar enfermedades como la malaria.
Muchas especies viven en hábitats acuáticos como océanos, lagos, ríos y charcas. También pueden vivir en el suelo o en las cortezas de los árboles.
La mayoría son capaces de moverse utilizando diversos mecanismos: flagelos, estructuras propulsoras con forma de látigo; cilios de aspecto piloso, o por medio de un movimiento ameboide, un tipo de locomoción que implica la formación de seudópodos (extensiones del citoplasma).
Algas microscópicas.

Las algas son organismos eucariotas capaces de realizar la fotosíntesis. Se incluyen, al igual que los protozoos, en el reino Protoctistas.
Las algas unicelulares son organismos microscópicos que flotan en lagos u océanos formando el fitoplancton. Constituyen el primer eslabón de las cadenas tróficas de los ecosistemas acuáticos.
Son organismos autótrofos fotosintéticos que realizan la mayor parte de la fotosíntesis de la Tierra, liberando grandes cantidades de oxígeno a la atmósfera. Presentan clorofila, pero también pueden tener otros pigmentos como ficobilinas y carotenoides.
Los dinoflagelados, las diatomeas y los euglenofitos son los principales grupos de algas unicelulares.
Hongos microscópicos.
Los hongos son organismos eucariotas heterótrofos que se incluyen en el reino Hongos. Poseen paredes celulares rígidas formadas principalmente por quitina. La mayoría se alimentan de materia orgánica en descomposición (saprofitos) pero también hay especies parásitas.
Los hongos microscópicos incluyen las levaduras (hongos unicelulares) y los mohos. Las levaduras tienen una gran importancia económica porque algunas especies son importantes en la fermentación del pan o en los procesos de fabricación del vino y la cerveza. Algunas levaduras provocan enfermedades en animales.
Los mohos son hongos filamentosos. Forman capas pulverulentas sobre el pan, el queso, la fruta, etc. Algunas especies tienen importantes usos industriales. Intervienen en la fermentación de algunos quesos: los quesos Camembert y Roquefort adquieren sus sabores particulares de las enzimas de Penicillium camemberti y Penicillium roqueforti, respectivamente. La penicilina, un producto del moho verde Penicillium notatum, revolucionó los antibióticos tras su descubrimiento en 1929.

ORGANIZACION ESTRUCTURAL DE LOS MICROORGANISMOS:

ESTRUCTURA REINO MICROORGANISMO SUSCEPTIBILIDAD A :
CELULAR ANIMAL
CELULAR VEGETAL
CELULAR FUNGI HONGOS ANTIMICÓTICOS
CELULAR PROTISTA
CELULAR PROCARIOTAS BACTERIAS ANTIBIÓTICOS
SUBCELULAR ----------- VIRUS ANTIVIRALES
Importancia de la microbiología.
Los microbiólogos han hecho contribuciones fundamentales a la biología y medicina, especialmente en los campos de la bioquímica, genética y biología celular. Los microorganismos tienen muchas características que los hacen organismos modelo ideales:

• Son pequeños, por lo cual no consumen muchos recursos.
• Algunos tienen tiempos de generación muy cortos (el tiempo necesario para que una célula bacteriana se divida en dos en condiciones óptimas es de 30 minutos aprox. para E. coli y de 12 a 24 horas para Mycobacterium tuberculosis).
• Las células pueden sobrevivir fácilmente separadas de otras células.
• Los eucariontes unicelulares se reproducen por división mitótica y los procariontes mediante fisión binaria. Esto permite la propagación de poblaciones clónicas genéticamente iguales.
• Pueden permanecer congelados por grandes períodos de tiempo. Aún y cuando el 90% de las células mueran en el proceso de congelación, existen millones de células en cada mililitro de líquido corporal.
La extensiva caracterización de microbios ha permitido que éstos sean usados en la industria como herramientas experimentales en diferentes ramas de la biología.
La microbiología en la actualidad
Actualmente, el conocimiento microbiológico se ha especializado tanto que lo encontramos divididos: la microbiología médica estudia los microorganismos patógenos y la posible cura para las enfermedades que producen, la inmunología averigua las causas de la aparición de las enfermedades desde una perspectiva inmunológica, la microbiología ecológica estudia el nicho que le corresponde a los microorganismos en el medio, la microbiología agricultural las relaciones existentes entre plantas y microorganismos, y la biotecnología los posibles beneficios que puede llevar para el hombre la explotación de microbios.

MEDIO AMBIENTE Y TEMPERATURA DE LOS MICROORGANISMOS.
El efecto de la temperatura sobre los microorganismos se muestra en la imagen de la izquierda.
A una temperatura favorable un solo microorganismo se multiplica cada veinte minutos y, a las siete horas, se pueden haber producido
La temperatura es uno de los factores externos de los alimentos que tiene mayor relación con la inocuidad de estos, tanto en los procesos de conservación como en los tratamientos térmicos para la destrucción de los microorganismos que pueden afectar su calidad.
Los conocimientos sobre los parámetros de temperatura que facilitan la destrucción de los microorganismos o limitan su desarrollo constituyen una de las bases de la formación técnica del personal responsabilizado con la prevención de las enfermedades transmitidas por alimentos.
El objetivo de este trabajo fue evaluar el impacto de la capacitación en el nivel de conocimientos y la utilización del control de la temperatura para garantizar la calidad sanitaria de los alimentos.
Temperatura
Cada microorganismo tiene una temperatura de crecimiento adecuada. Si consideramos la variación de la velocidad de crecimiento () en función de la temperatura de cultivo, podemos observar una temperatura mínima por debajo de la cual no hay crecimiento (dX/dt = 0); a temperaturas mayores se produce un incremento lineal de la velocidad de crecimiento con la temperatura de cultivo hasta que se alcanza la temperatura óptima a la que  es máxima (para las condiciones de concentración de substrato en que se trabaja, ver la discusión anterior al respecto). Por encima de esta temperatura óptima, la velocidad de crecimiento decae bruscamente (µ  0) y se produce la muerte celular.
El incremento de µ con la temperatura se debe al incremento generalizado de la velocidad de las reacciones enzimáticas con la temperatura. Se denomina coeficiente de temperatura a la relación entre el incremento de la velocidad de reacción y el de temperatura. En términos generales, la velocidad de las reacciones bioquímicas suele aumentar entre 1.5 y 2.5 veces al aumentar 10ºC la temperatura a la que tienen lugar. La ausencia de crecimiento (µ=0) a temperaturas muy bajas se debe a la reducción de la velocidad de crecimiento y al cambio de estado de los lípidos de la membrana celular que pasan de ser fluidos a cristalinos (algo parecido a la precipitación del aceite a bajas temperaturas) impidiendo el funcionamiento de la membrana celular. La muerte celular a altas temperaturas se debe a la desnaturalización de proteínas y a las alteraciones producidas en las membranas lipídicas a esas temperaturas.
Es importante tener en cuenta que a temperaturas muy bajas, el metabolismo celular es muy bajo y las células paran de crecer; aunque no tienen porqué comenzar a morir. Sin embargo, cuando la temperatura es superior a la óptima, se produce la muerte celular rápidamente (como veremos más adelante) y las células no pueden recuperar su capacidad de división si baja posteriormente la temperatura. Esto permite esterilizar por calor y no por frío.
Hay varios tipos de microorganismos en función de sus temperaturas de crecimiento mínima, máxima y óptima.
Tipode microorganismo Temp. mínima Temp. máxima
Psicrófilo -5 +5 15 – 20
Psicrótrofo -5 +5 30 – 35
Mesófilo 5 – 15 35 - 47
Termófilo 40 – 45 60 - 90

Si estudiamos la variación de la velocidad de crecimiento en función de la temperatura de cultivo, podemos observar una temperatura mínima por debajo de la que no hay crecimiento; a temperaturas mayores se produce un incremento lineal de la velocidad de crecimiento con la temperatura de cultivo hasta que se alcanza la temperatura óptima a la que la velocidad es máxima. Por encima de esta temperatura óptima, la velocidad de crecimiento decae bruscamente y se produce la muerte celular.
Además de los indicados existen organismos hipertermófilos que pueden crecer a temperaturas cercanas o incluso superiores a 100ºC en condiciones de alta presión. Son microorganismos muy importantes desde el punto de vista ambiental; pero no tienen aplicaciones actuales en agronomía o en microbiología industrial.
Los microorganismos psicrótrofos son mesófilos que pueden crecer a temperaturas bajas, son llamados psicrofilos facultativos. Esto es importante desde el punto de vista aplicado porque cuando se encuentran contaminando alimentos, son capaces de crecer en condiciones de refrigeración (4 - 8ºC) y de producir infecciones en los consumidores del alimento (30 - 35 ºC).
Los microorganismos deben ser cultivados a la temperatura adecuada para que su crecimiento sea el deseado. En cualquier caso, hay que tener en cuenta los problemas derivados de las altas temperaturas y controlar la de los fermentadores para evitar la esterilización de los cultivos. Estas altas temperaturas, por otro lado, tienen interés aplicado en el campo del termo destrucción de microorganismos y en algunos procesos de fermentación en los que el incremento de temperatura que se produce es capaz de eliminar los microorganismos mesófilos patógenos presentes.
Importancia de los microorganismos de ambientes extremos
La mayor parte de los microorganismos de importancia aplicada tanto en microbiología industrial como alimentaria son mesófilos, psicrófilos o psicrótrofos. En los procesos de compostaje, el papel de los termófilos es importante, y también hay que considerar la presencia de esporas termos resistentes en el estudio de los tratamientos térmicos de termo destrucción de microorganismos en alimentos.
Sin embargo, es creciente el número de productos que se producen partiendo de microorganismos termófilos porque producen proteínas termos resistentes que tienen gran utilidad en procesos aplicados. Quizá el mejor ejemplo de esto es la ADN polimerasa Taq obtenida a partir de la eubacteria termófila Thermus aquaticus. Esta enzima permite sintetizar in vitro ADN a alata temperatura lo que ha sido esencial para el desarrollo de la tecnología de la reacción en cadena de la polimerasa (conocida por sus iniciales en inglés: PCR) lo cual ha supuesto un avance en la biología molecular, el diagnóstico y la detección de microorganismos en los ambientes más variados.
Aplicación de la temperatura en la termo destrucción de microorganismos.
Un aspecto aplicado muy importante de la temperatura es su utilización para la esterilización por calor. Es necesario esterilizar ciertos ambientes o instrumentos, o eliminar de ellos una parte muy importante de su carga microbiana. Esto se puede hacer con facilidad y de forma controlada mediante tratamientos términos. En esta sección veremos cómo se puede predecir cómo será la evolución de las poblaciones microbianas como consecuencia de su exposición a latas temperaturas.
Habíamos visto en su momento que durante la fase de muerte, la desaparición de microorganismos seguía la cinética descrita en la ecuación siguiente: Esto es: la fase de muerte también sigue una cinética exponencial y puede ser sometida a un tratamiento matemático similar al usado para el tratamiento matemático del crecimiento.
Si representamos la variación del logaritmo del número de células supervivientes a un tratamiento térmico realizado a una temperatura dada en función del tiempo de tratamiento, se obtiene una gráfica como la siguiente: El descenso del logaritmo de supervivientes es lineal con el tiempo. La recta tiene una pendiente que permite calcular la velocidad de termo destrucción. Se define el valor D como el tiempo necesario para que el número de supervivientes caiga al 10% del valor inicial (o, lo que es lo mismo, Lara que el logaritmo del número de supervivientes se reduzca en una unidad). Si consideramos N0 como el número de células al inicio del tratamiento y Nx el número de células supervivientes después de un tratamiento de x minutos a una temperatura t, el tiempo de termo destrucción se calcula de la siguiente manera:
Las unidades del D son minutos. El tiempo de termo destrucción (D) varía para cada temperatura (de ahí el subíndice t) de forma que a mayores temperaturas el valor de D es menor, es diferente para distintos microorganismos, distintos entornos y diferentes condiciones fisiológicas.
Si aumentamos la temperatura de tratamiento, el valor de D disminuye de forma logarítmica tal y como se indica en la siguiente gráfica:
De manera análoga a como el valor D indicaba el tiempo necesario para lograr que el número de supervivientes se redujera al 10% de la población inicial, el valor z indica el incremento en la temperatura (medida en número de grados) necesario para que el valor D se reduzca a la décima parte del inicial. La fórmula incluida en la gráfica permite calcular el valor z cuando conocemos el incremento de temperatura (t2-t1) y los respectivos valores D.
Los valores d y z varían para cada microorganismo y para cada condición. Las esporas, por ejemplo, tienen valores D mucho más altos que las células vegetativas de los mismos microorganismos. Los microorganismos presentes en los alimentos, por otra parte, suelen tener valores D más altos que cuando se cultivan en condiciones de laboratorio. Para poder determinar las condiciones en las que hacer un tratamiento térmico para destruir microorganismos es necesario dominar los conceptos de los valores D y z (ver problemas).
Otro valor que tiene gran importancia aplicada en el estudio de la microbiología de la termo destrucción es el parámetro F que corresponde al tiempo equivalente (medido en minutos de tratamiento a 250ºF, o 121.1ºC) a todo el calor recibido considerando su capacidad de destruir microorganismos. Al valor de la integral del calor recibido se la denomina F0. Cuando consideramos que el calentamiento es un proceso instantáneo, se puede calcular usando la siguiente fórmula:
Es muy importante saber trabajar correctamente con los conceptos anteriores. Para ejercitarse hay una colección de problemas en este enlace.
Otros tratamientos tecnológicos para destruir microorganismos (radiación, por ejemplo) son susceptibles de tratamientos matemáticos similares a los descritos en esta sección.


Consideraciones sobre las bajas temperaturas
Los microorganismos se comportan a bajas temperaturas de forma diferente según se trate de condiciones de refrigeración (0ºC-8ºC) o de congelación (por debajo de -20ºC).
En condiciones de refrigeración los microorganismos mesófilos y termófilos detienen su crecimiento (µ=0) y se mantienen durante largo tiempo sin morir. Los psicrófilos y psicrótrofos pueden crecer en estas condiciones y llegar a producir poblaciones importantes (esta es una causa de deterioro de alimentos conservados en refrigeración).
En condiciones de congelación, la formación de cristales en el interior de las células produce unas altas mortalidades que reducen el tamaño de la población. En el momento de la congelación se produce la muerte rápida de muchos microorganismos y, a tiempos más largos, la tasa de muerte se reduce aunque el número de viables sigue disminuyendo. En esta segunda fase, la mortalidad es más rápida cuando la temperatura de congelación es más alta (más próxima a valores de -20ºC) que cuando es menor (valores de -80ºC).
• La tolerancia a la congelación de diferentes microorganismos puede variar.
• No se puede considerar la congelación un procedimiento de esterilización sino sólo (en el caso de microbiología de alimentos) un procedimiento de conservación.
• Se pueden conservar largo tiempo cultivos de microorganismos o de células eucarióticas congelados en medios que contengan agentes crioprotectores como el glicerol.
Microorganismos que limpian el medio ambiente
En sus procesos metabólicos, los microorganismos transforman los nutrientes que obtienen del ambiente en sustancias más simples, y en este proceso obtienen materia y energía que utilizan para su subsistencia.
El hombre ha aprendido a aprovechar estos procesos metabólicos de los microorganismos para obtener diferentes productos de utilidad. De esta forma, los microorganismos que pueden degradar compuestos tóxicos para el ambiente y convertirlos en compuestos inocuos o menos tóxicos, se aprovechan en el proceso de biorremediación. Existen, por ejemplo, microorganismos capaces de nutrirse a partir de hidrocarburos, detergentes o bifenilos policlorados, de manera que su metabolismo los convierte en productos inocuos para el medio ambiente.
La gran diversidad de microorganismos existente ofrece muchos recursos para limpiar el medio ambiente y, en la actualidad, esta área está siendo objeto de intensa investigación.
Se han aislado de la naturaleza varios tipos de microorganismos que consumen vertidos de petróleo y otras sustancias tóxicas, tanto directamente en el sitio mismo del vertido como después de que los materiales tóxicos hayan sido difundidos por los suelos o alcanzado las aguas subterráneas.

Efectos sobre el medio ambiente
Desde el punto de vista medioambiental, los vegetales transgénicos con genes de resistencia a insectos representan una ventaja medioambiental desde el momento en que reducen la utilización de insecticidas químicos, menos específicos que el presente en el propio vegetal.
También los genes de tolerancia a herbicidas pueden representar una ventaja medioambiental al permitir una mejor gestión del uso de los herbicidas, utilizando aquellos que son menos tóxicos y persistentes (glifosato y glufosinato) pero que presentaban problemas precisamente por su falta de selectividad.
El riesgo de paso de los genes de resistencia a plantas salvajes se ha planteado como una posibilidad de creación de "supermalezas". Este planteamiento olvida que esto solamente es posible por polinización entre especies muy próximas, que en los casos de soja y maíz no existen en Europa, y que, en cualquier caso, los parientes salvajes de las plantas cultivadas no han representado nunca un problema como "malas hierbas".
En cuanto al riesgo de que el polen del maíz transgénico pueda afectar a insectos no diana, los experimentos en condiciones de campo han demostrado que es mínimo, mucho menor que si se usan insecticidas químicos.
Por supuesto, en otros transgénicos distintos pueden aparecer riesgos ecológicos reales, como en le caso de los peces gigantes o de crecimiento acelerado, que exigen un estudio detallado antes de su autorización.
Los principales riesgos para la preservación de la biodiversidad son:
• Desplazamientos por plantas o malezas Invasivas.
• Desaparición de variedades más antiguas, variedades originarias, diversos genes, y compuestos químicos presentes en variedades originarias, como consecuencia de la polinización cruzada con especies transgénicas.
• Desaparición de variedades o cepas más antiguas por falta de su cultivo.
• Desaparición de especies (insectos, plantas u otros organismos) por efecto de nuevos compuestos químicos nocivos (insecticidas) o como consecuencia del desplazamiento por especies transgénicas.
• Alteración en especies no transgénicas por transferencia de genes.
• Aparición de microorganismos resistentes a antibióticos.
• Cambios en equilibrios ecológicos.
La preservación de la biodiversidad de nuestro país tiene una gran importancia médica, social y económica para nuestro país, en especial para las futuras generaciones, por cuanto cada una de las especies que integra nuestra biodiversidad tiene las siguientes potencialidades:
• Desarrollo de nuevos fármacos.
• Desarrollo de nuevos productos alimenticios (prevención de enfermedades).
• Desarrollo de nuevos productos de uso en diversas actividades económicas.
• Productos químicos
• Pigmentos, Fibras
• Flores ornamentales
• Ocupación masiva de mano de obra (trabajo)
• Desarrollo de actividades económicas ambientalmente limpias y sustentables
Contribuir al desarrollo de los pueblos originarios y a la preservación y divulgación de sus culturas como parte importante de la diversidad cultural del país, y a su vez aprovechando los beneficios económicos del desarrollo de productos originados de especies vegetales reconocidas por ellos ancestralmente, incluyendo nuevos fármacos.
DEFINICION DE PARASITOLOGIA.
La parasitología es una rama de la biología que estudia el fenómeno del parasitismo. Es decir, estudia a los organismos vivos parásitos eucariotas como son los protozoos, helmintos (trematodos, cestodos, nematodos) y artrópodos. El resto de los organismos parásitos (virus, procariotas y hongos) tradicionalmente se consideran una materia propia de la microbiología.
La parasitologia es una rama de la microbiología que estudia la relación entre seres vivos que seria huésped y el parasito que es al agente. La parasitologia se divide en:
1- Helmintología: helmintos son organismo metazoarios de 1mm a 12mm con órgano de fijación, sus formas larva y huevo, gusanos o vermes que son invertebrados no poseen esqueleto óseo. Se clasifican de la siguiente manera:
• Phylum nematelmintos 1 clase: la nematoides corresponden a esta agrupación los denominados gusanos redonde (ascaris lumbricalis).
• Phylum platelminos que se dividen en 2 clases:
-La clase cestodes: a la cual pertenecen los denominados gusanos planos. Su forma semeja una cinta y su cuerpo es segmentado (tenias).
-La clase digenea: a esta agrupación pertenecen los gusanos de cuerpo lleno en forma de hoja lanceolada y no segmentados (fasciolas).
2- Protozoo logia protozoarios: miden 2 a 200m en su medio son trofozoitos (factor vegetativo), en medio agresivo es un quiste (resistencia), en este grupo están comprendidos los denominados microorganismos eucariontes y se clasifican de la siguiente manera:
• Phylum sarcomastigofora que presenta 2 clases:
- La clase lobosea: que son microorganismos que se caracterizan por presentar seudópodos para su desplazamiento (entamoebas).
- La clase zoomastigofora: estos microorganismos se caracterizan por presentar apéndices denominados flagelos, los cuales son utilizados para su desplazamiento (giardia lamblia).
• Phylum ciliofora que presenta 1 clase. La clase cineto fragmi nofora que son aquellos microorganismos que presentan cilios para su desplazamiento (balantidium coli).
• Phylum apicomplexa que presenta 1 clase. La clase de esporozoa que comprende aquellos microorganismos con ciclos sexual y asexual, presentando el llamado complejo apical, que se observa por medio de la microscopia electrónica (isospora).
3- Artrópodo logia Artrópodos: son aquellos organismos multicelulares que producen enfermedades en forma directa e indirecta y que se caracterizan por presentar exoesqueleto duro, también presentan apéndices de locomoción articulados y se clasifican en:
• La clase de insectos: que son moscas, mosquitos y pulgas.
• La clase arácnidos: que son arañas, garrapatas, ácaros.

Los parásitos son organismos que viven en otro o a expensas de otro organismo de distinta especie y del que obtienen nutrientes y cobijo. El estudio de esta ciencia suele incluir una gran variedad de organismos, entre los que destacan los animales invertebrados y entre ellos una gran variedad de gusanos, como los platelmintos (trematodos, cestodos, etc.), los acantocéfalos y los nemátodos o gusanos no segmentados. El tipo o filo artrópodos también se encuentra ampliamente representado por ácaros, como la garrapata, y por numerosos insectos, como piojos, chinches y pulgas. Entre los organismos parásitos se encuentran también algunos protozoos, como ameba y tripanosoma.
Seguramente las asociaciones biológicas entre los seres vivos se iniciaron con la aparición de la vida misma sobre el planeta Tierra al competir éstos por el espacio y ponerse en contacto íntimo. Algunos autores señalan asociaciones parasitarias encontradas en restos fósiles de foraminíferos (protozoos con concha calcárea) y algas marinas con más de 530, 000,000 de años de antigüedad.
En la actualidad se sabe que hay más clases de organismo parásitos que no parásitos, ya que esta modalidad de asociación entre los seres vivos es una de las más exitosas.
El hombre es huésped de cientos de especies de parásitos, sin contar a los virus, bacterias y hongos que en general las especies de éstos son también parásitos en su mayoría. Es difícil no encontrar ejemplares de parásitos cuando se examinan cuidadosamente animales silvestres, domésticos, o al mismo hombre
La parasitología se inicia con el hallazgo de los parásitos por el hombre, hecho que tiene su origen en los tiempos más remotos y que se pierde en la bruma del pasado histórico de la humanidad, pero los descubrimientos a este respecto por los antiguos chinos, griegos, egipcios, persas, etc., han quedado consignados de tal manera que el estudiante actuales capaz de reconocerlos por el análisis de los manuscritos que dejaron para la posteridad, los adelantos que sobre los parásitos y enfermedades parasitarias se realizaron hace muchísimos años
Los médicos chinos en la antigüedad, podían distinguir los cuadros clínicos del paludismo por el tipo de fiebre que observaron en: terciana, cuartana, estibotoñal y relacionarlas con el paludismo como lo hicieron griegos y romanos siglos más tarde.
Entre los egipcios (papiro de Ebers, 1550 a J.C) se describe probablemente al gusano Taenia saginata y se prescribe tratamiento para eliminarlo. Moisés entre los israelitas y después de haber recibido instrucción médica con los sacerdotes, dictó leyes sanitarias para proteger a su pueblo de plagas de insectos y de la carne de animales infectados con "piedras" (Cysticercus cellulosae, metacéstodo forma larvaria de Tenia solium).
Pero quizá el nacimiento real de la parasitología se inicia en la época de Leeuwenhoeck con el invento del microscopio.
Las enfermedades parasitarias y su importancia socioeconomicas
Se sabe que las enfermedades parasitarias han producido a través de los tiempos más muertes y daño económico a la humanidad que todas las guerras juntas. Generalmente en los países con poco desarrollo socioeconómico es en donde las enfermedades parasitarias y la parasitosis se presentan con mayor frecuencia, viéndose favorecido esto por las condiciones climáticas cálidas o templadas y por la falta de cultura médica en el pueblo, ya que en los países desarrollados social, médica y económicamente, las enfermedades parasitarias han sido erradicadas o tienen muy poca significación.

Es importante señalar que alguna parasitosis transmitida por el suelo y por fecalismo (ascariosis, uncinariosis, tricocefalosis, amibiosis, giardiosis, etc.) no solo se presenta en climas cálidos sino inclusive en zonas templadas y aún en frías.
El impacto global de las enfermedades parasitarias en el mundo es muy importante ya que inciden de manera brutal sobre la salud, la esperanza de vida al nacimiento, y la productividad de millones de personas
La prevalencia de la parasitosis está estrechamente vinculada a diferenciales climáticas, fenómenos demográficos y al desarrollo socioeconómico de las diferentes zonas del planeta. No es de extrañar que los protozoos y los helmintos patógenos sean parte de la vida cotidiana en los trópicos, sin ser privativos de ellos.
Debe considerarse que el 75% de la población mundial se encuentra establecida en países en desarrollo y que el 50% de la misma está constituida por personas menores de 15 años de edad, rango en que se presenta la mayor mortalidad por enfermedades infecciosas incluyendo las de etiología parasitaria. Ante la magnitud del problema, algunas instituciones y fundaciones en el mundo han destinado parte de sus recursos económicos y tecnológicos para el estudio de la parasitosis.
La República Mexicana, debido a su diversidad geográfica y al desigual desarrollo económico, presenta frecuencias variables de enfermedades parasitarias en las diferentes regiones.

Entre las principales causas de mortalidad en país, se observa que las defunciones por enfermedades infecciosas y parasitarias asociadas a naciones subdesarrolladas ocupan el 4to lugar.
La mortalidad por enfermedades parasitarias es un problema común a los diferentes grupos etéreos, pero su magnitud destaca en la niñez, evaluándose en términos de muerte prematura y que repercute en Años de Vida Potencial Perdidos (AVPP) que es un valioso indicador para países en desarrollo pues otorga mayor importancia a las causas de defunción que inciden a edades tempranas.
Es importante señalar que las medidas iniciadas en 1991 para control del cólera se han visto recompensadas por una reducción significativa de enfermedades diarreicas bacterianas y parasitarias
Dentro de la parasitosis en que juegan un papel los transmisores biológicos, el paludismo, sin duda, la más importante y sigue requiriendo de medidas preventivas y de vigilancia epidemiológica.
El hecho de que un país tenga que sufrir enfermedades parasitarias con índices de frecuencia importancia, no solo es señal de facultad desarrollo, sino que además dichas parasitosis le están produciendo grandes pérdidas económicas al pueblo que las soporta.

En América Latina el problema del parasitismo es muy importante y de las parasitosis intestinales, en particular enorme, ya que las encuestas epidemiológicas realizadas por los distintos autores de los países Latinoamericanos así lo señalan, tanto de las protozoosis como de las helmintiasis, encontrándose con frecuencia poliparasitismo en un mismo individuo, con afectación principal de los preescolares y escolares.

En la República Mexicana las parasitosis producen muerte con relativa frecuencia ya que como se mencionó antes, la amibiasis ocupa el 4to lugar como causa de muerte en el Hospital General de la SSA en la ciudad de México y la cisticercosis también sigue ocupando un lugar preponderante.
La amibiasis producida por Entamoeba Histolytica se encuentra como causa de muerte entre el 4.9 y 12%, demostrado por las autopsias realizadas en adultos en las distintas instituciones hospitalarias del país y en el 4.2% en niños.
Este tipo de frecuencias de muerte por parasitosis, se extrapola a casi todos los países subdesarrollados o en vías de desarrollo ya que las condiciones ecológicas favorables para los parásitos, así como las condiciones socioeconómicas deficientes hacen que dichas enfermedades sean muy comunes y además los parásitos infecten al hombre en forma masiva, haciendo que los cuadros clínicos que desarrollan sean más graves y las posibilidades de muerte aumenten en forma considerable
Si las parasitosis se evalúan en términos económicos, se refleja la verdadera importancia que tienen para un país determinado. En general, los conceptos que se toman en consideración para efectuar dichas valoraciones son, entre otros: los gastos causados por atención médica, hospitalización, ausentismo en el trabajo, medicinas, pérdida de salario, defunción, etc., lo que expresado en dinero da una idea aproximada del problema.

Se podrían seguir mencionando ejemplos que señalen el impacto socioeconómico de las parasitosis, pero todos ellos nos llevarían a comprobar el elevado costo que tienen que pagar los países subdesarrollados por mantener a la multitud de especies de parásitos que generalmente existen en sus habitantes.
Es importante señalar que las costumbres de los pueblos hacen que aumenten o disminuyan algunas parasitosis, como por ejemplo la costumbre de no ingerir carne de cerdo parasitada por larvas de T. Solium que practican algunos pueblos del mundo como el israelita, hace que disminuyan o desaparezcan la teniasis, por el contrario la matanza clandestina de cerdos y la ingestión de carne con "zahuate", "granillo" o "tomatillo" (carne de cerdo cisticercosa) que con estos nombres la piden algunas personas del pueblo de México, por ser más barata y según dicen más sabrosa, incrementa las posibilidades de teniosis, y si además, se practica el fecalismo al aire libre, aumentan las posibilidades de adquirir cisticercosis
Es notorio que la simple práctica del lavado de manos antes de comer, así como lavado de frutas y verduras disminuyen considerablemente las parasitosis intestinales.
CONCEPTO DE PARASITOLOGIA.
El parasitismo es un fenómeno en el que un organismo de una determinada especie amplía su capacidad de supervivencia utilizando a otras especies para que cubran sus necesidades básicas, que no tienen por qué ser necesariamente nutricionales, sino que pueden cubrir campos como la diseminación o ventajas en la reproducción de la especie parásita, etc. Las especies explotadas no obtienen un beneficio significativo por los servicios prestados, y a menudo se ven perjudicadas por ello.
El parasitismo es una relación interespecifica, en la que uno de los organismos (el parásito) consigue la mayor parte del beneficio de una relación estrecha con otro, el huésped u hospedador. El parasitismo puede ser considerado un caso particular de predación o, para usar un término menos equívoco, de consumo. Los parásitos que viven dentro del huésped u organismo hospedador se llaman endoparásitos y aquellos que viven fuera, reciben el nombre de ectoparásitos. Un parásito que mata al organismo donde se hospeda es llamado parasitoide.
Algunos parásitos son parásitos sociales, obteniendo ventaja de interacciones con miembros de una especie social, como son los áfidos, las hormigas o las termitas.
La especie que explota a la otra se denomina parásito, y la especie parasitada se llama huésped, hospedador u hospedero.
El parasitismo puede darse a lo largo de todas las fases de la vida de un organismo o sólo en periodos concretos de su vida. Una vez que el proceso supone una ventaja apreciable para la especie, queda establecido mediante selección natural y suele ser un proceso irreversible que desemboca a lo largo de las generaciones en profundas transformaciones fisiológicas y morfológicas de la especie parásita. En casos determinados es difícil establecer la diferencia entre el parasitismo y otras relaciones simbióticas como el comensalismo o la foresis. Así por ejemplo, los organismos parasitoides adoptan una relación con su hospedador intermedia entre la depredación y el parasitismo.
Como todo parásito sigue siendo un organismo, éste puede verse convertido a su vez en hospedador de una tercera especie. Al parásito que parasita a otro parásito se le denomina hiperparásito.
La irrupción o presencia de un parásito no bacteriano o vírico en otro organismo se llama infección si se trata de un endoparásito y se denomina infestación si es un ectoparásito. En el lenguaje aplicado de la medicina y la veterinaria se llama parasitosis a las infecciones o infestaciones por parásitos, es decir, las enfermedades parasitarias.
Muchos endoparásitos obtienen beneficio de los organismos huéspedes mediante mecanismos pasivos, como por ejemplo el nematodo, Ascaris lumbricoides un endoparásito que vive en el intestino de los seres humanos. Ascaris lumbricoides produce un gran número de huevos, que son transportados desde el tramo digestivo hasta el medio externo, dependiendo de los humanos el ser ingeridos en lugares que no tengan una buena salubridad. Los ectoparásitos (parásitos externos), a menudo tienen elaborados mecanismos y estrategias para encontrar organismos hospedadores. Algunas sanguijuelas acuáticas, por ejemplo, localizan organismos con sensores de movimiento y confirman su identidad registrando las sustancias químicas antes de fijarse a la piel.
Es muy común que los organismos huéspedes también hayan desarrollado mecanismos de defensa. Las plantas a menudo producen toxinas, por ejemplo, que desalientan a los hongos parásitos, a bacterias, así como también a los herbívoros. El sistema inmunológico de los vertebrados puede ser objetivo de la mayoría de los parásitos a través del contacto con fluidos corporales. Muchos parásitos, particularmente los microorganismos, se han adaptado evolutivamente a especies huéspedes en concreto; en tales interacciones las dos especies han evolucionado cada una por su lado dentro de una relación relativamente estable, que no mata al huésped de manera rápida -lo que también sería perjudicial para el parásito-. La mayor parte de los patógenos están destinados a convertirse evolutivamente en parásitos.
A veces, la filogenia (historia evolutiva) de los parásitos nos explica la de sus huéspedes. Por ejemplo, hay una disputa antigua acerca de si el parentesco de los flamencos, orden Phoenicopteriformes es mayor con las cigüeñas (orden Ciconiiformes) o con los patos (orden Anseriformes).
Se encuentran parásitos comunes entre pelícanos y gansos como el piojo llamado Anaticola phoenicopteri (literalmente Anaticola significa “que habita sobre los patos”; y phoenicopteri quiere decir “de los flamencos”), lo que viene a responder al interrogante, ya que esto indica que los flamencos" comparten un género de parásitos de piojos, (generalmente muy específicos para su hospedador) con los patos y los gansos, pero no con las cigüeñas. Es una prueba de una relación filogenética más íntima con las 'Anseriformes.
La estrecha correspondencia entre las evoluciones de parásitos y huéspedes tiene mucho que ver con la especificidad del parasitismo. Los parásitos son generalmente muy selectivos con respecto a sus hospedadores, llegando en un elevado porcentaje de casos a ser exclusivos de una especie. De hecho, no hay apenas especie de planta o animal de cierto tamaño, o incluso microscópica, que no cuente con algún parásito propio y no compartido. Esto, junto con el hecho de que algunos parásitos también puedan ser hospedadores de otros párásitos, hace que la proporción de parásitos en la biota global sea notablemente alta.
En los grupos que evolucionan en el parasitismo es común que se produzca una fuerte simplificación o reducción orgánica, a veces tan drástica que hace sus afinidades irreconocibles. Se piensa por ejemplo que los mixosporidios, considerados tradicionalmente protistas parásitos, son en realidad formas muy reducidas de animales emparentados con los corales. Un ejemplo menos exagerado lo ofrece la pérdida de las alas en moscas parásitas del ganado, pérdida que representa una fase inicial de la misma trayectoria evolutiva que hizo derivar a las pulgas (orden Siphonaptera) precisamente de ciertas moscas (orden Diptera).
Etimología
La palabra parasitología proviene del griego pará παρά (‘a lo largo de’, ‘al lado de’, ‘que no es propiamente’) + sīto σῖτος (‘comida’) + leg/log λεγ /λογ [λέγω] (‘decir, razonar’; logíā λογία ‘estudio’), es decir, el estudio del que come lo que no es propiamente de el.
La parasitología es una rama de la biología y concretamente de la ecología, aunque por sus importantes repercusiones en la salud humana y animal, gran parte de la investigación de esta ciencia se centra en sus implicaciones en medicina, veterinaria y farmacia, ya que los parásitos causan enfermedades al hombre, animales y plantas de gran interés sanitario o económico y uno de los objetivos clave es el aprender diagnosticarlas (por ejemplo, a través de un análisis coprológico o inmunológico), curarlas y erradicarlas. Dentro de esta rama de la parasitología sanitaria médica y veterinaria es también el estudio de la epidemiología de estas enfermedades parasitarias, dentro de lo que se puede calificar como parasitología ambiental, ya que estudia los factores que explican la distribución y frecuencia de los parásitos.
La principal importancia de esta rama radica en que muchas de las "enfermedades tropicales" que nosotros conocemos son de origen parasitario y se deben en gran medida a falta de higiene y condiciones ambientales propicias en los países subdesarrollados (aprox. 75% de la población mundial).

Epidemiología
El efecto de una infección parasitaria se relaciona estrechamente con factores geográficos, sociales, y económicos,[7] de modo que otro de los objetivos de la parasitología recae en el campo de la epidemiología al estudiar la incidencia, morbilidad y mortalidad[8] así como los métodos de control y lucha en contra de los parásitos y sus vectores (organismos parásitos más o menos inocuos "pero se", pero que pueden ser transmisores de otros organismos causantes de enfermedades). El objetivo sería el de controlar las poblaciones de estos vectores o proporcionar directrices que permitan solucionar problemas sanitarios y epidemiológicos. Al tratarse de organismos a un tiempo muy simplificados y con interesantes mecanismos para burlar las defensas de su hospedador a menudo los parásitos han recibido atención por parte de la genética o la biología molecular. Asimismo han proporcionado datos para interpretar la evolución de las especies.

Ramas de la Parasitología
Para un estudio mas especifico la parasitologia se divide en tres ramas:
1. Parasitologia médica o clínica: Estudia los parásitos del Humano.
2. Zooparasitologia: Estudia los parásitos de los animales.
3. Fitoparasitologia: Estudia los parásitos de las plantas.
TERMINOLOGIA.
Un parásito es aquel ser vivo que se nutre a expensas de otro ser vivo de distinta especie sin aportar ningún beneficio a este último. Este otro ser vivo, recibe el nombre de huésped u hospedador, a expensas del cual se nutre el parásito, pudiendo producir en algunos casos daño o lesiones.
La parasitosis o enfermedad parasitaria sucede cuando los parásitos encuentran en el huésped las condiciones favorables para su anidamiento, desarrollo, multiplicación y virulencia, de modo que pueda ocasionar una enfermedad.
Simbiosis: significa vida en común o vivir juntos. Es una relación de 2 seres vivos pero de diferentes especies que pueden producir beneficios o daños. Existen 3 formas:

1- Comensalismo: es una forma de simbiosis, donde una de las especies se beneficia pero no produce alteraciones o daño, ejemplo: en la cavidad bucal existen bacterias que dan mal olor pero no hacen daño y se alimentan de los detritos.

2- Mutualismo: es una forma de simbiosis, donde la asociación de beneficio es recíproco, ejemplo: en la cavidad vaginal existen lactó bacilos que producen ácido láctico, que es un sistema de defensa de la mujer.

3- Parasitismo: es una forma de simbiosis, esta relación es unilateral donde el perjudicado es el huésped, ejemplo: en un hombre el parásito tiene alimento pero hace daño.

Vida libre: son organismos que se nutren de materias orgánicas que están en descomposición pero no hacen daño al huésped.

Parásito obligado: es aquel que no puede sobrevivir fuera el cuerpo.

Parásito facultativo: es aquel que si puede vivir fuera o dentro del cuerpo.

Endoparásito: es aquel parásito que esta dentro del cuerpo humano y se dividen en: entero parásito, hemoparásito, uroparásito, histoparásito.

Ectoparásito o exoparásito: es aquel que vive fuera del cuerpo humano, en su superficie (piel, pelo, uña, etc.). Se dividen en: dermoparásito, tricotarásito.

Huésped: es el humano en el que se aloja el parásito. El huésped puede ser:

1- Huésped definitivo: es aquel huésped que tiene formas parasitarias maduras o sexuales, ejemplo: en la malaria el huésped definitivo es el mosquito.

2- Huésped intermediario: es aquel donde el parásito solo vive una parte de su vida.

3- Huésped parentenico o transportador: es aquel que lleva la enfermedad pero no la padece.

Vector: es un hospedador pero trasmite el parásito al humano. Y pueden ser:

1- Vector biológico: es aquel que toma el parásito, lo cambia de forma y lo reproduce, ejemplo: e paludismo.

2- Vector mecánico: es cuando hay contagio sin necesidad de repoducirse, ejemplo: la tricomoniasis se puede transmitir por usar ropa íntima de otra persona.

FORMAS DE TRANSIMISION.
Las transmisiones en las infecciones parasitarias, es la acción de transferir formas infectantes del parásito de un huésped a otro, dando como resultado la infección del segundo. La infección se efectúa por contacto directo, por fomites o por transmisores.

Un fomite, es la causa que excita o promueve una cosa; es todo agente físico que transportando mecánicamente a los agentes infectantes, efectúa la transmisión del agente infectante.


Los transmisores son generalmente animales artrópodos, que realizan o participan activamente en la transferencia de formas infectantes de un huésped a otro, dando lugar a la transmisión. Existen varios tipos de transmisores tomando en consideración la evolución del parásito en él, así tenemos a:

• Transmisor mecánico. (El parásito se reproduce en el transmisor) como es el caso de moscas y cucarachas que solo transportan en sus pelos y cuerdas a los agentes infectantes.

• Transmisor Biológico desarrollativo. (si el parásito sufre metamorfosis) como los simúlidos para Onchocerca volvulus.

Si el parásito se reproduce dentro del transmisor, entonces será un transmisor biológico reproductivo, como es el caso del Trypanosoma cruzi dentro de las triatomas. Sí además de reproducirse dentro del transmisor los parásitos también sufren un ciclo, entonces será Transmisor biológico ciclo reproductivo, como el mosquito Anopheles, para los Plasmodium

• Infección es la entrada, desarrollo y/o multiplicación de un agente infectante en un huésped.
• Infestación, desde el punto de vista de la parasitología humana, este término se refiere a la presencia de artrópodos sobre la piel y anexos.

Condiciones favorables y desfavorables

Para que un organismo parásito pueda desarrollarse dentro de un huésped determinado, este debe conservar los procesos metabólicos adecuados por encima del umbral mínimo que permitan sobrevivir y mantener al parásito para que se lleve a cabo su desarrollo y reproducción en el huésped específico.

Los metabolitos normales del huésped, tales como vitaminas, aminoácidos, ácidos grasos etc., van a suministrar el alimento necesario para el parásito. Sí los factores metabólicos y otras condiciones son favorables para el desarrollo parasitario, puedan determinar la susceptibilidad innata del huésped que es el equilibrio entre las substancias metabólicas que inhiben y las que promueven el desarrollo del parásito, por tal motivo las condiciones serán propicias o adversas para su desarrollo.

Las enfermedades parasitarias a menudo van acompañadas de un descenso general de reducción de la resistencia a nuevas infecciones del huésped, por lo que es evidente que si el reducido, también lo estará la capacidad para evitar nuevas infecciones.

La reducción de la resistencia, puede así mismo, ser resultado de una infección parasitaria interna o de larga evolución. Indudablemente que las infecciones secundarias se propician cuando existen lesiones en los tejidos del huésped, causadas por los parásitos tal como sucede con los protozoos, helmintos y artrópodos que agraden la piel y mucosa, destruyendo de esta manera las primeras líneas de defensa y facilitando la penetración y establecimiento de otros microorganismos.


La dieta es un factor importante, ya que por estudios realizados se ha podido concluir que la desnutrición proteica del huésped, lo hace más vulnerable a las infecciones parasitarias. En general un huésped bien nutrido es menos factible de ser parasitado que un desnutrido, a consecuencia que al desarrollarse intensamente las parasitosis, se propiciarán más infecciones en otros huéspedes ya que un transmisor se infectará más fácil en una buena fuente de infección y garantizando así la continuación del ciclo biológico, ya que se llevará a cabo más fácilmente, porque el número de formas infectantes serán muy abundantes.

Barreras Ecologicas

Cuando una especie de huésped está dividida en dos grandes grupos de población separados geográficamente y en diferentes ambientes ecológicos, los parásitos respectivos también presentan diferencias, esto nos está indicando que el ambiente influye sobre el huésped y éste a su vez sobre el parásito. Hay barreras ecológicas y genéticas que en determinado momento impiden la infección de especies filogenéticamente cercanas aunque ocupen la misma región geográfica.
El parásito puede ser incapaz de desarrollarse en otro huésped que no sea el adecuado por varias circunstancias, tales como:

A) Falta o ausencia de ciertas condiciones necesarias para su desarrollo, como son el oxígeno, alimento, agua, temperatura, presión osmótica, etc.

B) Resistencia del huésped, es decir, presencia de ciertos factores o condiciones como inmunidad, edad, barreras mecánicas, etc., el huésped puede modificar sus tejidos y alterar su metabolismo durante su adaptación al parásito, ya que el fracaso del huésped puede modificar sus tejidos y alterar su metabolismo durante su adaptación al parásito, ya que el fracaso del huésped para adaptarse adecuadamente al parásito dará como resultado debilidades, incapacidad, enfermedad o muerte.

C) Incapacidad del parásito para penetrar la superficie externa del huésped.

D) Presencia de otros parásitos; un huésped puede ser infectado por muchas especies de parásitos, pero en ocasiones solamente una o algunas especies de éstos se encuentran en un huésped a la vez.

E) Invasividad del parásito, condición que en algunas circunstancias puede ser incrementada.

Hábitos Y Costumbres

La mayor parte de las parasitosis por protozoos y helmintos del tubo digestivo del hombre, así como algunas extraintestinales, se originan por los hábitos y costumbres higiénicas deficientes como la práctica del fecalismo al ras del suelo, en donde junto con las materias fecales se depositan quistes de protozoos o huevos de helmintos, que son infectantes desde el momento de su expulsión o requieren de cierto tiempo para su maduración, pero que de una u otra forma el fecalismo es el disparador de la presencia de estás parasitosis en el hombre junto con otros favores, que pueden ser biológicos, tales como las características ecológicas y fundamentalmente la vegetación; físicos como temperatura, precipitación, humedad, suelo, etc.
Y socioeconómicos como nivel económico, tipo de habitación, uso de calzado, etc., importante está constituida por aquellas personas infectadas que se dedican al manejo de alimentos en la vía pública o en restaurantes, ya que el preparador de dichos alimentos es de hábitos higiénicos deficientes, esto mismo también es válido para las amas de casa, por lo que en determinado momento se observan epidemias familiares de algunas parasitosis, situación que es favorecida por el hacinamiento, como sucede en cárceles, orfanatos, manicomios o casas de familias numerosas, siendo por otro lado más frecuente en las zonas rurales, donde no se cuenta con los elementos necesarios para una adecuada higiene personal, familiar o comunitaria.

En algunos países, el riesgo de sembradíos se hace con aguas negras, por lo que las formas infectantes pueden quedar alojadas en algunos productos que se cultivan al ras del suelo, como las legumbres que al llegar al consumidor son un mecanismo de infección de parásitos intestinales

El vector que puede ser de varios tipos, juega un papel importante en la dinámica de transmisión, ya que en muchos casos cuando éste es eliminado se corta el ciclo biológico del parásito. El transmisor al igual que el huésped, debe reunir ciertas características para que el parásito se desarrolle, reproduzca o simplemente sea transportado por éste, como es el caso de las moscas que en sus pulbillos acarrean formas infectantes hacia los alimentos; también son importantes sus hábitos alimenticios y de reposo


Distribución de huéspedes y parásitos

El conocimiento de la distribución y diseminación de las poblaciones naturales de huéspedes y parásitos, es un aspecto importante desde el punto de vista biológico y de control. La distribución de una especie depende de:
La edad de la especie, ya que cuanta más antigua sea, más tiempo ha tenido para dispersarse.

La capacidad del parásito para vivir separado en determinado momento de su huésped o para soportar el cambio de medio ambiente que éste experimenta, así tenemos que agentes físicos, químicos y mecánicos, son factores que puedan producir efectos sobre los parásitos adultos, sus formas larvarias o sobre la disponibilidad de huéspedes tanto intermediarios como definitivos.

La distribución de los parásitos o sus huéspedes está relacionada con el ambiente ecológico determinado o modificado por la latitud, longitud y estación del año, temperatura y humedad son factores importantes que influyen sobre la supervivencia y dispersión de determinados parásitos como las uncinarias, estrongiloides o sobre quistes y huevos.

Para la distribución y establecimiento de las parasitosis en nuevos sitios, es indispensable la existencia de huéspedes susceptibles, como es el caso de Schistosoma mansoni que en la actualidad se ha extendido extraordinariamente.


Otro factor que interviene en la distribución de los parásitos es el aire, ya que es un medio de transporte aunque no muy efectivo sí es importante, en la diseminación de algunas formas infectantes con cierto grado de resistencia a la desecación.

Mecanismos De Transmisión.

El agua es fundamental en la distribución de ciertas formas infectantes, ya que determinado momento este mecanismo es el responsable de la aparición de episodios epidémicos en zonas de baja endemicidad y participa junto con otros factores al mantenimiento de un elevado nivel endémico, sobre todo en zonas o comunidades donde el aprovisionamiento de agua es a través de colecciones a nivel mas elevado que el de la población, ésta llega través de canales parcialmente contaminados con el arrastre hacia su interior de formas infectantes.

Al igual que los animales, las migraciones humanas especialmente a los trópicos y zonas subtropicales, o las migraciones a los lugares fabriles (industriales) o de cosecha en el campo, intervienen en la diseminación de la parasitosis y en el aumento o aparición de parásitos y en el aumento o aparición de parásitos en nuevas localidades, como ejemplo de esto, tenemos a la malaria, estableciéndose en estos sitios cuando encuentran ambiente ecológico favorable, costumbres de la población propicias y huéspedes intermediarios adecuados.

La introducción, evolución e intensificación de los medios de transporte, aumenta la oportunidad del hombre de introducir inconscientemente formas infectantes desde sus hábitats naturales a sitios o regiones favorables para su desarrollo.
Por aspiración de gotitas de Pflügger se puede transmitir Pneumocistis carinii y Toxoplasma gondii, en cambio con el polvo, aunque no es tan importante, pueden transmitirse quistes de protozoos y huevos viables de helmintos.

A través de las mucosas se puede llevar a cabo la transmisión de protozoos como Entamoeba gingivalis, Trichomonas tenax por contacto directo o por medio de transmisiones sanguíneas se pueden producir infecciones con Plasmodium sp. Y Trypanosoma cruzi.

La vía cutánea puede ser utilizada como salida o como entrada de los parásitos, ya sea por esfuerzo propio o por medio de un artrópodo transmisor. Asimismo, existen helmintos parásitos, son incapaces de continuar el desarrollo; sin embargo, sobreviven y se mueven a través de las capas cutáneas por considerables períodos de tiempo, pudiendo ser verdaderos miembros de la comunidad cutánea por tiempos indefinidos, en donde originan alteraciones de distinta naturaleza, con frecuencia infecciosa secundarias.

Algunas larvas de parásitos cuyo huésped definitivo es el hombre, están adaptadas a las condiciones de la piel humana causando únicamente pequeña reacción durante la penetración, ya que la atraviesan rápidamente hasta llegar a los vasos de los tejidos profundos, en cambio algunas larvas de parásitos no humanos, pueden penetrar la piel humana, pero son incapaces de desarrollarse en este huésped no habitual, por lo que mueren rápidamente.


Como es el caso de las cercarias de Schistosoma sp. No humanas que penetran el estrato córneo de la piel, pero cuando alcanzan la capa germinativa se detienen y mueren originando una reacción inflamatoria aguda, con infiltración de células plasmáticas, conocida como dermatitis de los nadadores, la residencia en la piel es por lo tanto temporal y de corta duración.

La penetración de las larvas tiene lugar principalmente cuando el agua se está evaporando de la superficie cutánea y es acompañada de sensación de ardor, posteriormente se presenta prurito de gran intensidad seguido de máculas y pápulas en el sitio de penetración, en infección repetida se desarrolla hipersensibilidad y aumenta la severidad de los síntomas con frecuentes infecciones secundarias.

Al exponerse la piel del hombre a la tierra o arena sombreada donde han defecado perros o gatos infectados con estos parásitos, las larvas filariformes que se encuentran en la superficie del suelo invaden la piel produciendo trayectos serpiginosos (dermatitis verminosa reptante).

El conocimiento de la dinámica de transmisión y de la naturaleza de los factores biológicos, físicos o socioeconómicos que actúan en cada parasitosis es fundamental para instituir medidas de control, prevención o erradicación de dichos problemas.

TIPOS DE PARASITOS Y SUS CARACTERISTICAS.
Existen dos tipos de parásitos. Para cada grupo se entrega la clasificación y nombres de algunos especimenes a modo de ejemplo.

• Parásitos internos:
Redondos: Ascaris, Ancylostomas y Trichuris.
• Planos: Tenias ("lombriz solitaria"), Equinococcus Granulosus y Dipylidium Caninum.


Dipylidium Caninum
• Parásitos externos:

Garrapatas: es un parásito chupador de sangre dañando al huésped, actúa como vector de múltiples organismos y provoca una lesión en el sitio de fijación.

Su período más activo, en nuestro país, empieza con la primavera finalizando una vez avanzado el otoño; por cuanto factores ambientales como: temperatura, humedad constituyen limitantes para una actividad anual continuada, como ocurre en otras latitudes.

Puede transmitir ciertas enfermedades protozoarias, virales y rickettsiales del ganado doméstico y del hombre.
• Pulgas: es un parásito comprimido en sentido lateral, succiona sangre.

La adulta se alimenta sólo con sangre de sus huéspedes causando intenso prurito e irritación por su mordedura que es constante y la secreción salivar de productos tóxicos y alergénicos
• La infección secundaria es una complicación frecuente, junto con los traumas auto inflingidos.

Piojos: Los vulgarmente llamados "piojos de la cabeza" (pediculus humanus capitis) son insectos que viven sobre el cuero cabelludo y cabellos del ser humano. Son ectoparásitos.

Estos insectos miden en su adultez de 1 a 2 mm. Tienen seis patas que terminan en pequeñas garras (las utilizan para prenderse firmemente al pelo), tórax, abdomen y poseen una cabeza pequeña con un aparato bucal preparado para la punción (picadura) y
La Giardia es un parásito protozoario flagelado residente del tubo intestinal humano y de muchas clases de animales. Las encuestas de prevalencia en poblaciones caninas son: 10% en perros bien tratados, 36 a 50% en cachorros y hasta el 100% en criaderos. El hecho de que la prevalencia en gatos sea mucho menor (1,4-11%) puede reflejar la dificultad para identificar el organismo en las heces.
Si bien la prevalencia de infección es elevada en perros y gatos, la enfermedad clínica es rara. La importancia de la afección reside en su prevalencia, seriedad cuando emerge, potencial zoonótico y dificultades en el diagnóstico además de algunos inconvenientes en la farmacoterapia.

Giardiasis

Clasificación
• Los microparásitos son pequeños y extremadamente numerosos, se multiplican dentro del huésped y por lo general lo hacen dentro de las células del huésped, por lo tanto se relacionan con el metabolismo y provocan reacciones por parte de los anticuerpos.
• Los macroparásitos crecen, pero no se multiplican dentro del huésped. Producen fases infecciosas que salen fuera del huésped, para afectar a otros. Viven dentro del cuerpo o en las cavidades del afectado por los parásitos y por lo general, se puede estimar el número de macroparásitos existente en el organismo afectado.
El parasitismo implica una relación trofica con su huésped (obtención de nutrientes) pero también puede implicar otras relaciones como lo es la de protección por parte de este último.
Tipos de parásitos
Existen formas parásitas en muchos grupos biológicos. Entre ellos están
• los virus, que son parásitos obligados,
• las bacterias,
• los hongos,
• las plantas,
• los protistas (como los apicomplejos o algunas algas rojas), y
• muchos animales

Atendiendo al lugar ocupado en el cuerpo del hospedador, los parásitos pueden clasificarse en
• ectoparásitos: Viven en contacto con el exterior de su hospedador (por ejemplo la pulga)
• endoparásitos: Viven en el interior del cuerpo de su hospedador (por ejemplo una tenia o una triquina)
• mesoparásitos: Poseen una parte de su cuerpo mirando hacia el exterior y otra anclada profundamente en los tejidos de su hospedador. En algunos casos extremos de mesoparásitos de peces (copepodos pennellidae), pueden tener la cabeza introducida en el corazón de su hospedador y extenderse por las arterias hasta las branquias, o perforar la cavidad visceral.

De acuerdo con el número de especies animales que les pueden servir de reservorios, a los parásitos los podemos dividir en:


Estenoxenos.
En los cuales pocas especies de animales les sirven de reservorio; ejemplo: Entamoeba Histolytica que utiliza al hombre como reservorio.

Eurixenos.
En los que muchas especies animales les sirven de reservorio; ejemplo: Toxoplasma Gondii, al cual le sirven de reservorio: conejos, cuyos, cerdos, gatos, vacas, ratones, etc.

De acuerdo con el tipo de ciclo biológico y el tipo de huéspedes requeridos para complementarlo, los podemos diferenciar en:

Monoxenos.
Son aquellos parásitos que en su ciclo biológico tienen un solo huésped; ejemplo: Enterobius vermicularis cuyo único huésped es el hombre
Polixenos. Parásitos que en su ciclo biológico presentan un huésped definitivo y uno o varios intermediarios

Metaxeno.
Es aquel parásito en cuya transmisión interviene uno de sus huéspedes, ya sea el definitivo o el intermediario.


MEDIO AMBIENTE DE LOS PARASITOS.
Ciclo biológico
El parásito tiene dos formas: trofozoíto y quiste. El trofozoíto es la forma mótil, activa, residente intestinal, con un largo de 15 µm, ancho de 8 µm y aspecto dacrioide.
A la microscopia óptica se lo reconoce como una "cara sonriente" formada por los dos núcleos en el tercio anterior ("ojos"), los axonemas que pasan longitudinalmente entre los núcleos ("nariz") y cuerpos medianos de ubicación transversa en el tercio posterior ("boca"). Cuatro pares de flagelos completan la expresión cómica de esta forma. El quiste es el estadio inactivo, resistente, responsable de la transmisión, con un largo de 12 µm y ancho de 7 µm. Contiene dos trofozoítos formados, pero no del todo separados, y pueden verse los axonemas, fragmentos de los discos ventrales y hasta 4 núcleos. El quiste es susceptible a la desecación en condiciones cálidas y secas, pero no sobrevive varios meses fuera del huésped en ambientes fríos y húmedos.

El ciclo biológico es directo.
El huésped se infecta con la ingestión de los quistes, los cuales se exquistan en el duodeno luego de la exposición al ácido gástrico y enzimas pancreáticas.
Entonces se separan los dos trofozoítos, maduran con rapidez y se fijan al ribete en cepillo del epitelio velloso (en el área glandular intestinal). En los perros, el organismo fue aislado desde el duodeno hasta el íleon; el duodeno y yeyuno son residencias óptimas. Los trofozoítos se aíslan con menor dificultad mediante la prueba de la cuerda peroral o endoscopia en perros sintomáticos que en asintomáticos.
En el gato se encuentran a lo largo de todo el canal entérico. Una dieta abundante en carbohidratos, más que hiperproteica, favorece un hábitat intestinal anterior. En las personas se describió la giardiasis estomacal con gastropatías concurrentes (Helicobacter pylori y adenocarcinoma). Los trofozoítos se multiplican por fisión binaria en el intestino y luego se enquistan mediante un mecanismo y localización que son desconocidos. Los quistes son expulsados con las heces 1 o 2 semanas después de la infección. Las heces felinas, en especial, pueden contener trofozoítos, pero pocas veces sobreviven mucho tiempo fuera del huésped.


Trofozoito emergiendo de un quiste

División binaria de la giardia

CARACTERISTICAS DE LOS PARASITOS.

Existen protozoos y metazoos parásitos. Los primeros son unicelulares y poseen la típica estructura de la célula eucariota. Los metazoos son parásitos pluricelulares, de los cuales tiene interés en parasitologia clínica los helmintos o gusanos y los artrópodos.

Los helmintos, parásitos de los gusanos y que pueden producir enfermedades, se dividen en dos grandes grupos:

1- Nematodos o gusanos cilíndricos, no segmentados y con sexo separados.
2- Platelmintos o gusanos planos, segmentados o no, y hermafroditas la mayoría de ellos. Se dividen en dos clases:
A- Cestodos: segmentados, con varios órganos de fijación y hermafroditas.
B- Trematodos: no segmentados, en forma de hoja, hermafroditas o con sexos separados.

La mayoría de los parásitos pertenecen a los órdenes de dípteros e himenópteros. Son los estados adultos los que buscan al huésped sobre el que ponen uno o varios huevos. Unos parasitoides se desarrollan sobre la plaga (parásitos externos) y otros dentro de ella (parásitos internos). Cuando la larva es madura puede hacerse pupa dentro p fuera del huésped.

Normalmente solo son parásitos en sus estados inmaduros, mientras que en su forma adulta son de vida libre. El hospedante es otro insecto que muere como consecuencia del parasitismo. El tamaño es estos parásitos es relativamente grande en comparación con el de su hospedero.

Normalmente el proceso general de parasitismo se desarrolla de la siguiente forma: el parasitoide se alimenta de la hemolinfa de su hospedador, que sigue vivo pero sin síntomas evidentes. A medida que el parasitoide crece ataca progresivamente los órganos vitales de su huésped y entonces este cesa su actividad pero continua viviendo ya que el estomago evita atacar órganos que produzcan la muerte. Cuando el parasitoide llega al final de su desarrollo da muerte a su victima y acaba de consumirla, y posteriormente se transforma en pupa dentro de los restos o bien tejiendo un capullo de seda en el exterior.

La hembra de himenóptero hace la puesta en el interior del cuerpo o del huevo del huésped, puede depositarlo sobre el cuerpo del huésped o en las proximidades de este, después de haberlo anestesiado. Entonces de estos huevos emergen una o varias larvas que se desarrollan a expensas del huésped que muere. La larva de himenóptero a continuación se transforma en ninfa en el interior o junto a los restos del huésped, esta fase del parasitismo es la más fácil de observar en el campo.

Sin embargo, la hembra de taquinido hace la puesta en el interior o sobre el huésped o en sus proximidades. La larva del taquinido se alimenta a expensas del huésped. La muerte del huésped tiene lugar al final del desarrollo de la larva y la ninfosis se produce generalmente junto a los restos del huésped.

La especialidad de los parasitoides es variable, pudiendo ser:
• Monofagos o específicos: Solo parasitan a una especie de huésped.
• Olifagos: parasitan huéspedes distintos pero pertenecientes a la misma familia.
• Polifagos: parasitan huéspedes distintos y de diferentes familias.

MEDIDAS DE CONTROL DE LOS PARASITOS.

A- Promover conductas de higiene personal, familiar y comunitaria.

B- Concienciar para la incorporación de prácticas de saneamiento básico ambiental en los niveles familiar y comunitario.

C- Educar al personal de salud y a la población en relación con las enfermedades que pudieran llegar a transmitir los parásitos.

D- Capacitar al personal de salud respecto de las medidas que deben tomar frente a las personas parasitadas.

E- Informar las medidas de prevención, higiene y protección personal frente al manejo de los ectoparásitos.

F- Promover la tenencia responsable de mascotas.

G- Denunciar, sugerir o coordinar el retiro de perros vagos.

H- Asumir la entrega voluntaria de mascotas por parte de sus propietarios.

I- Mantener el número de mascotas que se pueda atender adecuadamente con alimentación, alojamiento y calidad de salud animal.

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